Bitácora: año 001. Día 15 mes 13.
Nave 192003 AMA. Protocolo de ruta sin variación. Desplazamiento interrumpido. Presencia de biotérmica cero.
Madre encendió, todas las cánulas de luz, mientras sus instrumentos revisaban cada centímetro del 192003 AMA en busca de indicadores biotermicos, al parecer lo que estaba haciendo que perdiera energía y colapsara había sido solucionado. Los instrumentos -aunque no eran de última generación- marcaban cero en todas sus lecturas, pero antes de que la última señal marcara negativo, Madre detuvo la nave.
Desde el ostracismo de su escafandra podía ver la nave alejarse sin que pudiera hacer nada. Después de notar que la escarcela no estaba adosada al traje se sintió raro, mas no tuvo tiempo de averiguar qué pasaba, la comunicación con Madre era nula. Simplemente se deslizo hacia la parte baja de la nave y contempló (ya lo había hecho antes) la maravilla de la vida. En este vacío tan mortal para la vida común, en cambio estos seres ferroplasmáticos se habían (increíblemente) adaptado en millones de años a vivir varados por el espacio. Comprendió entonces la panspermia. La colonia de microorganismos se impregnaba al fuselaje de pirita con la que estaba construida la nave, se alimentaba de ella, y sus desechos se fundían con el debilitado metal y formaban una coraza que la única forma de despegarlo eran con los rayos de ampliación de radiación, y golpeándolos con fuerza con un martillo especial de manera primitiva.
La mala maniobra, el traje equivocado y, la distracción humana del amor lo mecieron solitario en el vacio eterno de donde estaba. Salió despedido después que el pedazo de ferroplasma acidiphilum, se soltó de un golpe. El miedo inicial de muerte cuando se alejaba, se agudizo al notar que en la unidad de desplazamiento extravehicular, el pequeño motor de traslación, no funcionaba. Se dejo flotar, se dejo morir, mientras pensaba.
Madre calculo la distancia, determinó el tiempo, decidió las variables y regreso.
Con el polímero de kevlar que protegía su cuerpo de los micro-asteroires que impactaban su traje, la recordó en el tabloide de tiro. Su cabello le roso el hombro. Ella se puso detrás, le pateó los talones para que adoptara una postura más cómoda, cogió su mano y le indico la forma del disparo. Nacco quiso voltear, y recibió un golpe de hombro que lo ubicó de nuevo con la mirada en el blanco, mientras el corto rayo evaporo la figura expuesta. Fue su primera clase, lo hizo mal, quedo en ridículo.
Bitácora: año 001. Día 16 mes 13.
Nave 192003 AMA. ……… ordenes de Dirigencia Estelar estación ruta recuperación de clon.
Madre regreso, después de algunos algoritmos, que le tomo milésimas de segundo en encontrar la ubicación exacta o aproximada del primer piloto. Entre los pequeños saltos en la interrupción de las comunicaciones con la estación central, se encendió un mensaje encriptado que cambio la actitud de la nave.
Madre necesitaba encontrar al primer piloto.
Nacco era un excelente cadete de piloto de prueba, al igual que los otros cinco mil que salían de esa fábrica Pagerank, (ese organismo invisible, semidiós, que tenía el control de todo y de todos; de la vida, de la muerte, los pensamientos, el amor, la libertad que nadie se había dado cuenta que existía); de donde salían seres iguales, lubricados, uno tras otros, desde un larga línea de producción, justo para las necesidades de la Nación.
-Te veo amor, te veo… solo el sol… dejara de cegarme cuando te encue...tre. Tomo la ultima bocanada de oxigeno del sistema de soporte de vida del cariassus, antes de caer en el profundo sueño flotando a la muerte.
Se miraron por un segundo estacional y eterno, cuando la tuvo en sus brazos, ella cayó desde el deslizador después de chocar con un hibrido que colapso, y salto hábilmente, pero no pudo evitar rodar y, antes de caer a doscientos metros al abismo de donde se encontraban, fue sujetada por una mano, quedando colgada unos minutos y dependiendo solo de los ojos de aquel chico que la miraba sin decir nada. Se trepo agarrándose de su traje. Cansados los dos, se tendieron unos instantes en el suelo plateado y sin protección. Se miraron, ella no le agradeció el haberle salvado la vida, solo le sonrió, y camino delante de él. A unos pasos después, volteo y, con un gesto de que la siga, él la siguió.
El cuerpo inerte del primer piloto fue recogido por unos brazos mecánicos, y llevado dentro de la nave. Sintió nauseas, como cientos de veces la sintió después de la hibernación de los interminable viajes de rutina.
-Madre qué paso?
- Paso más de 6 horas en el espacio, expuesto a los rayos cósmicos.
Contesto madre como respondiendo una pregunta enciclopédica, y forzada a hacerlo.
Nacco se sentó en el cubículo, tomo agua en contenedores especiales, que luego los arrogaba en desorden por todos lados e inmediatamente minúsculos robots de limpieza dejaban todo en su lugar, mientras se tropezaba con ellos, se dirigió al tablero de control de la nave. Se abrochaba su traje de fino kevlar, cuando se dio cuenta que el derrotero de la nave había cambiado, qué paso? Se dijo en voz baja mientras madre lo observaba en ese espectral forma oleografía de su presencia. No pregunto nada, solo se dirigió al sistema central, y ésta lo seguía, apareciendo por los pasillos donde él iba caminando, como sombras binarias luminiscentes que flotaban en la nada, haciéndose omnipresente.
- Gracias Sr. Primer piloto, por librarme de esos parásitos.
- Y gracias a ti por regresar, dijo eso mientras el sistema le indicaba que el acceso le estaba negado.
No maldijo, no tenia con que, ni por quién hacerlo, la vida era así de simple, “nacías” entrenabas y piloteabas, eso era todo, no tenias enemigos, solo juegos del más acto, como la más simple de las actividades primitivas. ¿Y para qué? No se tenía objeto. La Nación te daba todo, un código que era cambiado después de años de adoptar un nombre que mas te identificara, aunque era una forma insustancial de identificación porque siempre se mantenía la ubicuidad, solo con los dígitos iniciales designados desde la creación. Aunque era un clon -tras cientos de años de experimento-, siempre asomaba la incontrolable condición humana de la evolución, por tanto tenían fallas, para esto la Nación designaba tras un complejo mecanismo burocrático, a un Miembro de Asistencia de Desarrollo y Recuperación Especial, irónicamente llamada Madre. Madre, controlaba, vigilaba e informaba a Pagerank, sobre el avance, el aprendizaje del clon, paradójicamente era lo más cercano que podían tener estos seres seriales a una madre.
Como cuando un niño convence o manipula a su mamá, para conseguir un dulce o un juguete prohibido, Nacco (como un instinto humano) también lograba lo que quería convenciendo o engañando a Madre. Esta compenetración era controlada por el Pagerank que muchas veces cambiaban al Miembro de Asistencia de Desarrollo y Recuperación Especial, lo que causaba una confusión en el clon y en el asistente por paradójico que parezca también, lo cual era tema de estudio y de corrección.
- ¡13091968, no puedes acceder a esa comunicación ¡
Nacco, la miro a Madre sorprendido, hacia muchos, pero muchos años que ella no se refería a él como un simple número. Pasaba algo, lo sabia pero mientras ella lo vigilara no podía resolverlo. Trato de insertar nuevos códigos, pero de nuevo el acceso denegado aparecía infranqueable. Camino despacio sin pensar, para que no supiera de ante mano su resolución, y ya cerca al cubículo de alimentos, y en forma mecánica, cogió un trozo de hielo hidrogenado lo envolvió en una toalla, se la pego cerca de la cien y mientras en frío penetraba su cerebro Madre desaparecía.
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