Mis querid@s compañerit@s:
Aun cuando mi corazón esta partido por esta rotunda separación, puedo confirmar que lo que más importa en la vida no es ni el dinero ni el prestigio, solo lo que pesa y que se lleva hasta el fin de la eternidad, es el peso confortable de los afectos.
Hemos pasado tantas cosas juntos, desde la risa explosiva hasta el llanto desgarrador, hemos perdido tantas personas en este caminar, algunos se han ido a la ciudad de la luz, otros simplemente partieron a otras alternativas de trabajo y en otros casos como el mió hemos sido desvinculados de este espacio celeste y estéril.
Cuando alguien se marchaba, desde mi interior podía percibir la gran tristeza que eso significaba, pero el vivirla en carne propia, resulta algunas veces hasta desgarrador.
Evoco historias, sucesos, aventuras, eventos, admiro las fotos donde ahí quedan grabadas en mi retina, sus rostros, hermosos, livianos, dulces, transparentes, con sus singulares personalidades, su trabajo tan complejo y completo de un verdadero dar por la salud del paciente, sentir sus risas, sus problemas, su ágil y cansado caminar….son todos esos momentos acumulados que no serán fácil olvidar.
Ay que difícil me resulta decirles adiós….extrañaré tanto la posibilidad de abrazarlos, animarlos y demostrar que solo unidos podemos vencer las dificultades del diario vivir, o derrocar a aquella fuerza poderosa que podría truncar nuestros sueños hasta dejarnos en profundos e interminables sollozos. Tod@s juntos entrelazando nuestras manos y fuerzas, podremos demostrarle al mundo que lo único que importa es el ser humano y que nadie ni nada debe aplastar nuestra dignidad.
Cuando por los pasillos sientan una suave oleada de afecto les aseguro que, es porque desde otro lugar estaré pensando en todos ustedes, mi corazón guerrero algo abatido por esta partida, los mantendrá siempre presente hasta cuando nos volvamos a ver en lugares insospechados completos de magia y color. |