Señor, perdóname.
Alex era un joven que pensaba que lo tenía todo, tendido en su lecho de muerte pidió que a su habitación fuera la persona que por muchos años fue su víctima, víctima de las burlas de Alex, que sin pensar causaron un gran daño en Alonso.
-ven, pasa acércate. – dice Alex con voz titubeante.
-vine como me lo pediste. – dice Alonso con voz ruda.
-gracias, toma tu pluma y tu libre y escribe, y por favor publícalo en tu periódico.
-y bien…
-perdóname. – dice Alex.
-¿y qué quieres que escriba? – dice Alonso.
-… fue un 12 de enero cuando empezó todo.
Alex llegó a su escuela, una preparatoria muy cara, con un nivel inigualable, Alex era el más rico de toda la escuela, el mas popular, el que tenía lo mejor, no era buena persona. Por el hecho de tener todo el dinero del mundo pensaba que podía maltratar a cualquier persona. La escuela acostumbraba a becar a los mejores alumnos que tenían buenos promedios y darles la oportunidad de poder tener una buena educación, como es de costumbre el primer día de clase, siempre llegan nuevos alumnos al salón, cuando en clase interrumpió un joven de aspecto muy débil, y pidió entrar al salón, la profesora lo dejó pasar, pero al llegar a su lugar Alex le puso el pie y Alonso se tropezó, provocando burlas en el salón, fue un mal comienzo, todo lo que empieza mal termina mal.
Sin darse cuenta Alex hizo daño no nada más en Alonso sino en todas aquellas personas a las que lastimó.
Ese 12 de enero llegó la hora del receso, y por desgracia Alonso nunca llevó que desayunar, Alex muy descarado se acerca a Alonso y le ofrece una bolsa de papas insinuándole que le convidaba un poco, pero cuando Alonso metió la mano a la bolsa Alonso se ansió toda su mano, Alex se terminó la bolsa papas y después la llenó de salsa y apropósito le ofreció papas para que se ensuciara su mano.
Y así fue toda su estancia en la preparatoria. La vida de Alonso no fue fácil, Alonso es huérfano y una viejita lo crió, pero en ese momento la viejita murió y quedó en el olvido hasta que llegó un maestro y le ofreció una beca en esa escuela.
Las burlas de Alex eran de odio y racismo, Alonso era el mejor de todos, tenía buenas calificaciones, era un ejemplo a seguir, era tanto el odio de Alex a Alonso que un día por la tarde junto con sus amigos fueron a casa de Alonso lo siguieron y en la calle lo golpearon, lo dejaron tan mal que no podía ni levantarse, Alonso tuvo que faltar por toda una semana de lo mal que se sentía, al pasar al último semestre de la preparatoria, Alonso conoció a una chica de otra carrera, una chica muy guapa, con ojos azules, cabello rubio muy delgada era le mujer perfecta, noble, carismática, era una belleza, y andaba loca por Alonso, pero la rabia de Alex pudo más que cualquier otra cosa, sin pena empezaron a demostrar a los demás el amor que se sentían, pero Alex empezó a faltar a la escuela, bajó mucho de calificaciones, los padres de él viajaban mucho a sique a nadie le importaba Alex, ni los que se decían sus mejores amigos vieron por él, un día Alex visitó un burdel de mala muerte y se contrató un mujer de mala fama, las más solicitada, se la llevó a un buen hotel donde le sirvieron lo mejor, llegó tronando los dedos como si él fuera el dueño en lugar, lo atendieron, le dieron una habitación, y empezó la acción.
Alex se acostó con esa mujer, cuando terminó su servicio lo dejó en la habitación. Cuando Alex se despertó, se dio cuenta que la mujer le había robado todos su dinero, pero cuando entró al baño fue cuando vio dibujado su espantoso destino.
Leyó un recado de decía “riquillo de quinta, tengo SIDA”. El mundo de Alex se vino abajo.
Salió del hotel y caminó sin rumbo, cuando después de semanas de faltar a la escuela, Alex vio de lejos a Alonso y se dio cuenta que ahora el popular era Alonso, que tenía lo mejor gracias a su buen desempeño y sobre todo que tenía a la chica más guapa que era Jenny .
Pasaron los años y la enfermedad de Alex avanzaba, Alonso y Jenny se casaron, y Alonso era el dueño del periódico más importante de todo el mundo. Una noche como todas Jenny estaba en casa se acostó a dormir, mientras Alonso seguía trabajando en su despacho en su casa, y el plan de Alex rindió fritos. En el burdel al que el acudía le vendieron una sustancia que con tan solo dos gotas duermes por horas, entró sin que nadie se diera cuenta, entro al cuarto y obligó a Jenny a tomar esa sustancia, y así tuvo la oportunidad de disponer de Jenny, la violó y obviamente la contagió de SIDA. Al igual le dejó una carta que decía: “no soporto el éxito de los demás, no soporto que Alonso sea más que yo, así que su regalo es que, Jenny te violé, y por consiguiente tienes SIDA”
Al ver la nota Alonso sentía rabia, ganas de matar a Alex, pero su fe pudo más que cualquier otra cosa.
-¿y bien? Que piensas. – dice Alex con voz de ya no poder mas
-y con una lagrima recorriendo su rostro, Alonso le dijo “estas perdonado.”
-gracias. – dijo Alex.
Alonso llego a la habitación con una bata, un cubre bocas, y unos guantes de látex. La habitación estaba extremadamente pulcra, era un blanco que no tenía fin, en sus paredes de podía sentir el frio, de la soledad, de pronto se escuchó un sonido que no tiene explicación, el corazón de Alex dejó de funcionar, Alex había muerto.
Al salir de la habitación Alonso no podía sostenerse, era tan grande el dolor que lo paralizó por completo. Al salir del hospital, una enfermera le dijo que Alex le había dejado una nota que decía “publícala y ponle señor perdóname”
Alonso cumplió su cometido, ahora se dedica a combatir el bullying (acoso escolar) e informar sobre el SIDA. Ha tratado de superar el trauma de haber vivido una adolescencia difícil, el no tener padres, y que el amor de su vida estaba muerta, pero es un hombre fuerte y comparte su experiencia para que nadie más sufra lo que el sufrió.
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