Tristes recuerdos de olvido.

Dedicada a los olvidados contenidos en estos recuerdos.

¿Quién es este mago?

En la plaza de armas. Un viejo canta destrozando una vieja melodía, algunos aplauden desacompasados intentado acompañar; ignoran, o terminan ya por no poner atención a la actuación; otro viejo sentado en una banca echa los ojos por las imágenes en caricaturas para adultos de la revista en sus manos, dos o tres palomas con avidez caminan en círculos bajo un árbol del lugar, mientras estudiantes con cámaras seminuevas retratan el momento (o intentan hacerlo pues el calor derrite) tanto al que canta, como al que distraído de ellos ve la revista.

Las palomas siguen paseándose, movidas al parecer con el ritmo desatinado de voz aplausos y notas de las canciones lejanas. Ahora las dos o tres palomas son extrañamente pocas, por lo común esto parece un hervidero de ellas, peleando por la poca comida o por simple sentido animal, dando vueltas en círculos. Muchas y ahora nada, dos o tres moviendo el pico y el pecho al paso de la tonadita que por el momento es perdonada por el viejo quien se ha quedado callado en el puente musical, nada cambia, parece, desde mi lugar un movimiento continuo, nadie sale del plan, un circulo y ellos son parte del mismo, monitos de plastilina derritiéndose.

De pronto aparece alguien en escena, quizá sea pero no podría afirmarlo, porque ya no lo conozco, inclusive es poco lo que recuerdo, quizá si él era, mi mago, con sus transformaciones y su extraordinaria transportación. Se paro en el kiosco donde yo podía observarlo, admira el círculo de las criaturas, de pronto, el canto cesa, se vuelve más horrible, nuestro mago ha actuado.

Transformación masiva, ahora más de una docena de Columba livia aparecen en la plaza, el que cantaba y los que aplaudían ya no ven más que a ellos mismos, uno delante de otro caminando en círculos, quien buscaba placer en los dibujos de cuerpos voluptuosos pierde su tiempo dando de picotazos a la revista como si fuera comida, no sabe, pues el cerebro de las aves es pequeño, no gurda recuerdos a largo plazo; mas si pudieras ver lo que yo, tristemente todo sigue igual, nada cambió.

-¿Cómo pudo alguien venir y hacer esto? Luego desaparecer y ¿nadie lo vio?-, -ese es su trabajo investigarlo.-, -¿pero no hay forma de averiguarlo-, -pues pregúnteles a las palomas, que no dejan de hacer ruido-, -no señor, dicen que no recuerdan, que no se acuerdan de nada.