Enfermó el perro poeta
y ante tan gran novedad,
los Letras del vecindario
hablaron de un mal fatal.

Presto llegaron los Cuentos,
Novelas, Relatos Varios,
los Guiones, las Reflexiones,
y los escasos Ensayos;

de todo el mundo, Cuenteros
y Poetas de valor;
y hubo tal algarabía
que el tránsito colapsó.

Indagaron con el docto
que en la Posta lo trató,
quien, con aires literatos
dio sesuda explicación:

Jerry, el gran genio poeta,
sus versos estaba haciendo
y se metió en un embrollo
peliagudo, ¡muy tremendo!

No pudiendo bien rimar
cacofonía produjo
y se atragantó un soneto
Era un soneto muy bruto

que atravesado impedía
rimar, rimar con donaire.
¡Con tal hueso en la garganta
llegó hasta faltarle el aire!

Menos mal que muy a tiempo
una Diéresis llegó;
y con un Acento Grave
el soneto le arrancó.

Digo ahora a sus lectores:
Sólo un tiempo hay que esperar
para que vuelva a los versos
y con soltura rimar.