(El escenario se encuentra vacío, comienza a escucharse una música tenue, transcurre casi algunos minutos y Esteban aparece llevando consigo una vela encendida.)
Esteban:
El preguntarme quien soy, en ocasiones me lleva a pensar en como llegué hasta aquí y aunque es un poco confuso, quiero imaginar que fui un pequeño y juguetón rayo de luz que brincoteaba por el universo, feliz, sin preocupaciones… Un día de tantos en la que la confusión me hizo su presa, descendí a un tibio lugar, en donde la flojera me hizo reposar y aletargarme por algún tiempo prolongado… Recuerdo que mi única actividad era comer, descansar y escuchar. Escuchaba sorprendido un conjunto de sonidos que me hacían interesarme por el exterior… (Guarda silencio)
Voz Off;
¡Qué gran alegría! ¡Será un varón!... ¡Compraré una y mil cosas te aseguro que será el mejor, es probable que tenga tus ojos y mi sonrisa y cuando crezca pensaremos en…!
Esteban:
¡Qué cómodo era todo aquello!, Hasta que una mañana, un cúmulo de de gritos voces y luces, vinieron a mi alrededor, ¡era extraño!... Durante algún tiempo tuve que confiar en los demás, que aunque conocía su voz de hace algún tiempo, sus rostros eran extraños. Con el paso de los días, meses y años, aprendí a quererlos y a ser feliz a su lado, hasta que las cosas comenzaron a cambiar… Inesperadamente, una de tantas noches, cuando se suponía que ya me encontraba dormido, comencé a escuchar una serie de sonidos extraños, voces familiares, gritos… Mi imaginación los asoció de inmediato con el “mounstro”.*
Era tanto el escándalo que me invadió el terror y comencé a llorar, quería apaciguar las voces que venían de dentro de las paredes pero era inútil. Desde esa noche pensé en ya no volver a dormir con la luz apagada, pues, cada vez que el reloj marcaba las 21.00hrs el sonido del mounstro hacia su aparición. A la mañana siguiente confirme mis dudas ya que al despertarme, salí despavorido en busca de mi madre… Al llegar a su cuarto la encontré con la cara destrozada y con miles de moretones, “quizá el mounstro habia intentado matarnos a todos y ella nos defendió” Pero ahora surgía una nueva pregunta en mi cabeza: ¿Qué no se suponía que mi papá nos defendía a los dos?, ¿A dónde se encontraba el cuando el mounstro había llegado?
Desde ese día el mounstro hacia sus apariciones todas las noches… Intenté contarle a mi papá lo que había sucedido, pero él me respondía con palabras que no entendía y que me confundían cada vez más…
Voz off:
No le cuentes a nadie lo que escuchas, pues pensaran que eres un mentiroso y la verdad no creo que te escuchen, pues solo a los tontos, se les ocurren esas cosas.
Esteban:
Toda mi niñez continuó de la misma manera, luchando entre que mi papá me entendiera y en las visitas constantes de mounstro.
Lo bueno es que no todo fue terrible… Recuerdo la séptima navidad de mi vida. No teníamos dinero ni para un arbolito de navidad y la verdad que aunque a mi no me importaba mucho, hubo alguien que nos hizo felices esas fiestas…
Al ir a la casa de mis abuelos entre muchas de las ausencias de mi papá, uno de mis tíos, comenzó a trepar por uno de los árboles de la casa, todos pensamos que era broma y quería impresionarnos, pero no. Comenzó a cortar algunas ramas, las colocó en un bote y las pintó de plateado, sin decir nada, nos llevó a mis hermanos y a mí a comprar algunas esferas y encerrándose en su taller por un largo rato, salió con un regalo maravilloso “Un árbol”, el mejor que pude haber imaginado. Era fabuloso, así que ahora solo faltaba esperar la llegada de los reyes magos. (Cambia la música). ¡En fin! Comenté que era feliz esa navidad pero hubo algo que me llevaría a descubrir algún día que el moustro era verdadero y que nos haría daño por siempre…
Llegó el tan esperado día de reyes, yo emocionado, brincaba, iba y venia por todos lados, así que fui a casa de mi abuela paterna, aunque no éramos bien recibidos mis hermanos y yo, me quedé mirando por la ventana lo que hacían mis primos, escuchaba sus risas y la expresión de mis abuelos ante su presencia. De pronto escuche que ya era tiempo de dormir pues dentro de algunas horas llegarían los regalos y habría que estar listos. Así que corrí a casa, puse mi zapato y esperé con los ojos abiertos los regalos… Lo único que recibí aquella noche fue un fuerte empujón por parte de mi padre, quien llegaba alcoholizado como siempre y decía que yo era un gran tonto… Los regalos jamás llegaron, solo había llegado el cómplice del mounstro a hacernos nuevamente daño. La mañana llegó y con ella la hora de ir a la escuela. Entre burlas y ofensas transcurrió el día.
Algunas personas dicen que el ser humano es como un árbol, ya que en ocasiones los dolores y sobresaltos, quedan marcados en nuestra corteza externa y así lo creo. Mi corteza se iba llenando de cuarteaduras cada vez más y más profundas, así que comencé a inventarme un mundo totalmente diferente al de mis compañeros de clase, me volví más reservado, y me imagine un lugar especial para mí… Debajo de mi cama, al regreso de la escuela imaginaba un lugar en el que era igual al común, en donde no habia golpes por no poder hacer el número dos y en donde las divisiones solo eran para la escuela y no motivos de golpes. En ese lugar fantástico solo había alegrías y el mounstro no podia llegar hasta el, ya que existía un guardián poderoso que no le permitía la entrada, ya que con su espada poderosa lo aniquilaría.
Durante 5 años fui demasiado feliz en mi mundito perfecto, ya que no me importaban ni los insultos ni los golpes… Hasta una de tantas tardes cuando regresábamos de la escuela, después de haber terminado la tarea, me fui a mi recamara a jugar en mi lugar perfecto. Recuerdo haber cerrado la puerta como siempre, me creí seguro, hasta que de repente, al tirarme al piso, sentí como alguien me tomó bruscamente por la espalda, recordé de inmediato al mounstro, así que patalee, quise gritarle al guardián de mi mundo, pero nadie me escuchó, fue como si hubiesen sido gritos en un mundo de silencio, quise defenderme, pero me era imposible ya que era demasiado fuerte que yo. Ignoraba por que me retenía. De pronto un gran dolor se intensificó en mi cuerpo, por más que traté de huir y ponerme a salvo no pude… Minutos después sentí un golpe seco en la cabeza, ya no recordé nada …
Al despertar, todo mi cuerpo estaba lleno de golpes y sangre, como pude me levante y me dirigí al baño para limpiarme…No pude comprender que me habia pasado. ¡Tuve miedo, mucho miedo! Pensé que el mounstro había llegado, pero no, esto había sido obra de alguien diferente y lo peor del caso que era alguien consentido de mis abuelos.
Voz off:
Intenté comentarle a mi papá lo que había pasado, pero siempre…
Esteban:
¡No mientas más, ya saca de tu mente todas esas porquerías que inventas! O dejas de mentir o te haré dejarlas a punta de madrazos…
Como siempre tuve que callar, pues si mi padre creía eso de mi, mi madre, ni contar, solo recuerdo que me llevó al médico, esperó a que me revisaran, una, dos, tres puntadas y luego recibió algunos consejos. El tema jamás volvió a tocarse en casa.
El tiempo pasó y con el una marca más en mi corteza… Ya no quise platicar de esto con nadie, pues me sentía sucio, culpable, mi mundo fantástico ya no existía más, todos los valores que se me había enseñado se habían ido junto con cada golpe que recibí a partir de ese momento, ya que el único culpable habia sido yo.
A partir de ese momento me refugié en crear historias, en donde cada personaje era lo que yo quería que fueran. Las personas ya no fueron importantes para mi, ya los días eran iguales entre si. Soportaba los golpes cotidianos que ya eran tan comunes como el comer y el dormir, se que necesitaba sentir odio, pero eso ya lo había olvidado.
El tiempo siguió su rumbo y con ellos el estigma de culpabilidad, es difícil quitarlo pero sobretodo seguirlo cargando. Es doloroso saber que ni el mismo Dios te escucha cuando has vivido lo que yo… Insultos, aberraciones y sobretodo desconfianza. (Toma la manta con los recortes)
Es por eso que guardé cada palabra sincera que la gente me ha dicho a partir de aquel día (se cubre y se sienta) son estas etiquetas bordadas en mi corazón lo único que me impulsa a seguir adelante en un mudo que no me permitió ser como el común y que solo se dedicó a ponerme el pie para terminar con todo…(Guarda silencio)
Las etiquetas, que tan importantes han sido hasta ahora, quien me diría que después de tanto tiempo, descubriría la identidad del mounstro… Tanto que lo odie y desee que desapareciera. ¡Tanto daño que me hizo y últimamente le hice! ¡Quien diría que ahora que ha muerto no siento alivio sino dolor! Dolor por no entender por que no estuvo ahí cuando lo necesité, por que tantos golpes, por que no creerme. Por que tenerlo vivo aun en mi mente.
(Solloza, queda en silencio, camina hasta la vela, la toma, se vuelve a sentar, la apaga y comienza la música.)
De nada sirven tantos rosarios, de nada sirvió el creer ciegamente en una esperanza… ¡Tengo frío!, demasiado, es algo que hiela mis entrañas. Estoy cansado y me siento vacío, creo que les haría un gran favor a todos si desapareciera. ¡Me siento muy mal!... Como aquella ocasión en la que le confié mi historia a una amiga, al principio fue toda ternura y comprensión, pero después, comenzó mi gran desgracia, ya que empezó a hostigarme, primero me llamaba constantemente al celular… (Se escucha el timbre del teléfono, comienza a contestar.)
--¡Hola!, ¿Tú otra vez?, ya te dije... Si te conté mi historia, fue por que te tuve confianza… ¡No para que lo divulgaras a toda la escuela! Eso no tiene sentido… Espera, escucha no cuelgues… (Deja a un lado el teléfono, sigue triste, desconsolado)
Y colgó… Platicó todo lo que había sucedido, le agregó tantas cosas que terminó por hundirme cada vez más… ¡Aun tengo mucho frío!, se que afuera hace calor, pero yo me hielo por dentro; De nada sirven los halagos, las palabras se las llevó el viento… Cada acción comenzó a destruirme, aun me sentía un árbol, mi tronco comenzó a ser atacado desde la raíz por la plaga, desde entonces habia comenzado a morir.
¡Tengo mucho sueño! ¡Quiero dormir, ya no pensar!, creo que al recordar tantas cosas hoy cuando el mounstro no existe más, he comenzado a encontrarme… ¡Pero me da miedo el descubrirme diferente!, a darme cuenta que quizás las personas tengan razón y el que está mal sea yo…
¡Pienso!, creo tener una solución, pues ya estoy harto de cargar con todo el peso, de siempre quedarme callado y no decir lo que me molesta… De ser “Diferente” y creerme lo que me dicen los demás… Ya me cansé de que quieran ayudarme y solo empeoren las cosas, ¡No soy diferente soy igual a ellos! (Se levanta, da algunos pasos y levanta la mirada)
¡Hey, tú!, Escúchame, ¿Qué hice para que toda mi vida resultara tan mala como telenovela vespertina? ¡Por favor respóndeme aunque sea una vez!... “Entiendo hasta a ti te doy asco” Ya vez por que quiero ya no pensar… ¡Yo te quise y tu nunca estuviste a mi lado cuanto te necesité!, Si hubieses estado presente no sería lo que soy ahora… Te prometo que implore tu ayuda, ¡Te busqué con todas mis fuerzas!, te pedí que el mounstro abandonara mis paredes, y no me escuchaste, resé no se cuantas veces para que me limpiaras de los comentarios de la gente, te imploré de que ya no me ofendieran y Tú donde estabas… Aun así ya no importa, pues soy solo Yo… Ahora te prometo ya no darte más molestias, pues huiré… Me duele pero es lo mejor.
(Camina hasta una pequeña mesa, toma un frasco y comienza a comer del contenido, se tumba en el piso)
En verdad ya no importa… Ya todas mis palabras se han ido, estoy consiente de que mis historias y mis personajes se han ido ya… Qué las intensiones de mis amigos han fallado. Creo que pronto volverá a molestarme el mounstro… ¡Tengo sueño!, Mis ojos se cierran, !Ya no quiero pensar¡ Quizás para algunos sea un cobarde, pero creo no poder cambiar ya nada. (Cierra los ojos, comienza la música y se escucha una voz)
Voz off:
Así no se hace el dos… Eres un idiota… Si por lo menos fueras normal… Tú tienes la culpa de todo…! (Se escuchan algunos golpes y para la música)
(se apaga la luz)
Fin…
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