Darila se despierta y mira la hora. Apenas son las 9, pero está acostumbrada a levantarse a esa hora, así que se levanta, se viste y camina al baño.
Se mira en el espejo. Tiene grandes ojeras, se suponía que ese día dormiría 1 o 2 horas más de lo normal. Pero, por más que sean vacaciones, siente que no tiene tiempo.
Debería de estar más que eufórica, llevaba un mes esperando este día, 1 de diciembre. Tanto trabajo había valido la pena, no se llevaba ninguna materia. Pero sabe que va a extrañar la escuela, ese lugar donde convives con tanta gente, haces tantos amigos y aprendes montones de cosas. No solo eso, también sabe que extrañará a Martín.
Camina hasta la cocina y desayuna. Luego limpia la casa y escucha algo de música, para convencerse de que en serio son vacaciones. Almuerza lentamente, degustando con total tranquilidad hasta el más mínimo bocado de comida, es la primera vez que lo hace en mucho tiempo, normalmente está apurada por no tener mucho tiempo. Lava los platos con igual lentitud y va a su habitación.
Toma un libro y se sienta en la cama. Mira la hora, ya casi son las 2. Debería estar en ingles, charlando con sus amigas. Ahora que lo piensa, las va a extrañar un montón, pero en el verano ellas tienen una vida a la que Darila no pertenece. Al menos sabe que verá a Belén y a Kelly.
Al fin sonríe, llevaba toda la mañana seria. Pero esa sonrisa dura muy poco, porque igual no las ve tanto, solo son amigas de escuela, ellas tienen a otras personas. Tienen otros amigos más cercanos, mientras que ella no.
Empieza su lectura, llevaba mucho tiempo intentando agarrar ese libro que había comprado, sabe que ahora lo podrá disfrutar.
Cuando llega a la mitad, lo guarda y enciende la TV. No encuentra nada bueno y la apaga. Toma su celular y sale a dar una vuelta. A esa hora no hay nadie en la calle, por lo que el paseo resulta aburrido. Pasa enfrente del colegio y lanza un suspiro, esa vida que tenía en el colegio, esa vida que no era perfecta pero la hacia feliz se ha acabado.
En realidad no se había acabado, solo estaba en reposo. El año siguiente volvería a tenerla, pero no sería igual. Muchos de sus amigos se iban a ir a una escuela privada. Maga llevaba como 2 meses presumiéndolo, también se iría Fran, a él no lo echaría tanto de menos, apenas lo había tenido de compañero ese año. Quizás Víctor volviera, si se cansaba de su nueva escuela, así Martín no se iría también. No se había dado cuenta de cómo, pero ya estaba de vuelta en su casa. Estaba sola, Gen y su padre estaban en un pequeño viaje, pero no importaba, ella estaba acostumbrada a esto. Habían partido temprano de seguro, ese viaje era un premio para Gen por tener el mejor promedio de su curso, mientras que Darila casi se llevaba educación física.
Miró por la ventana el cielo, era azul como los ojos de Martín. Le hubiera encantado pedirle su número, para así verlo en las vacaciones, pero era demasiado tímida como para hacerlo.
Ese año al menos le había hablado, pero no eran amigos. Solo hablaban de la escuela, sobre los trabajos, acerca de los maestros y demás cosas que no tenían gran importancia. No puede evitar llorar al pensar en que pudo invitarlo a salir, pero no se animó.
Se tira en la cama, cierra los ojos para tomar una siesta y piensa: “el otro año será”


FIN