Las manos,
en su ansiedad de violines
se duermen de ausencias,
solo cuerdas sueltas
y sonidos infernales
se cuelgan de mi ventana
siempre cerrada.
El cortejo de palabras
ya no se dibujan en mi espejo
y caigo, en la tragedia
de la letra invisible
y la memoria ciega.
Texto agregado el 14-03-2012, y leído por 179
visitantes. (7 votos)
Lectores Opinan
16-01-2013
También la música triste es bonita. La de tus violines desafinados me ha gustado. ollaida
09-12-2012
hermoso...(por hoy dejare de leerte, estoy a punto de enloquecer jaja) sade_df
18-03-2012
Muy bueno, realmente en pocas palabras abriste muchas ventanas****** shosha