Fui resplandor esa tarde en el bosque Por invitación marque el salto Para el fin de la miseria busque De la niebla la nueva Tierra Santa. Veo el futuro la ciudad de mil años Es escultura si cierro la gazuza Y vela un paño al agua salada Del inmenso océano que rodea mi quijada. Esquivo el sol y las flechas ¿Recompensa del sacrificio? El túmulo inunda mi suelo Rojo y chillante mi báculo anhelo. Un consuelo es cada amanecer Seda lo que no se construyo ¿Tanto pesa el pasado? Nunca es simple y olvidado.
Texto agregado el 13-03-2012, y leído por 134 visitantes. (1 voto)