Nos vemos en algún tranquilo paraje, hasta entonces, adiós, pues escojo el indómito camino largo, sin señalética, pero sin presiones y en el que oí decir que existe una flor azul perfumada de libertad, que es la huella de un sendero intransitado. Mi olfato no me falla, amigos, es la libertad, y la quiero, dejaré que guíe mis pasos, que sea ella quien me mande y no la estructura social, académica, moral e incluso mental. Diré adiós a los esquemas hasta ahora retratados y daré oportunidad de expresarse al sentimiento, la intuición y lo desconocido. Cada paso te hace más hábil. Cada metro, más paciente.