mirenlos a ellos,
no saben lo que hacen,
no pueden ver el camino
por el cual se dirigen,
no ven sus auras rosadas,
las flechas agoviadas en su carne
y el destello del iris en sus ojos,
caminan y no se dan cuenta
de que si no se detienen
acabarán enamorandose,
¿no ven acáso los pétalos
de los cerezos como acarician su piel?
¿no se dan cuenta de los atardeceres
que están viviendo juntos?
¿sabrán acaso que cupido
ya los ha flechado?
¿qué esperan los ilusos para amarse?
¿esperarán el dolor que el veneno
del dulce néctar que beben los afecte?
mañana no sería raro verlos juntarse
por sus manos tibias
llenas del amor primaveral,
!si de verdad dejaran atrás su inocencia!
esa que corrompemos los que observamos
un amor que no nace
y no quiere nacer,
un amor de parto vegetal,
un amor, solo un amor