(el resultado a la petición de una amiga de escribir un poema en diez minutos que hablara de bragas y calzoncillos)





tengo un amor apuntalado
que cualquier día se me va a venir encima
esta mañana llamé al paleta
calzoncillo blanco
asomando curioso por el balcón
de su pantalón caqui
el hombre dijo señora esto tiene mala pinta
la prenda añadió que las braguitas de mi tendedero
eran unas putas vanidosas
las niñas bonitas se columpian
ignorando el vuelo de sus faldas
debería hablar con su marido
esta vez no le cobraré honorarios
los albañiles sólo entienden
del amor de guacamayo prendido en un escote
a las diez de la mañana ciento nueve pasos
del amor de chirimoya resbalando por la entrepierna
a las tres del mediodía trescientos cuarenta pasos
del amor de ajonjolí meciéndose en un trasero
a las siete de la tarde quinientos veintidós pasos
mi marido no tiene nada que ver con esto
lo imaginaba
la profundidad de las grietas
ocasionadas por las garras de los lobos
nada tiene que ver
con las pezuñas de los corderos
consulte a un arquitecto a un aparejador
sus amores de café descafeinado y sin azúcar
a cualquier hora del día
quizá puedan ayudarla
el primero en marcharse fue el paleta
su calzoncillo aguardó un instante
con la vista puesta en mi balcón
esas bragas de encaje negro
quiso advertirme
no saben abrigar sueños románticos
el fabricante debería especificarlo
en la etiqueta