Un octavo de las veces que intento, resultaron efectivas. Las variables en juego se habían reducido a un escaso número visible. Las demás variables misceláneas para su idea habían sido sustraídas completamente. La idea era utópica en un principio, tentadora y casi inasible para la mente mediocre. Puedo afirmar con certeza, que el método eficaz fue una suerte de combinación de terquedad, obstinación, orgullo extremo, soledad y firmeza. No estaba en tela de juicio el esfuerzo y las vidas que se llevaría consigo. La ceguera de aquella idea lo llevo hasta las últimas consecuencias, consecuencias que no pudimos darle batalla o seriamos arrastrados por su volcánica acción. No quedo mas remedio que mirarle hacer aquello y esperar a que terminara alguna vez. Solo culminaría cuando su idea se saciara con la perfección que había perdido cuando era borrego. Le vimos cargar cada cuerpo, recorrerlos de principio a fin, embadurnarlos en aquella cera que absorbería cada entraña. La sensación que nos producía aquella acción rutinaria era contradictoria, pues sabíamos que estaba mal, no obstante, no quitábamos la mirada de allí. La técnica que empleaba era majestuosa. Verle inmerso en aquel recorrido que hacia de sus victimas, como contorneaba sus figuras y tomaba muestras de sus almas con unas espátulas. Yo pensaba que era la forma de exhalar la pena de su perdida con el aroma tan dulce de aquellas criaturas inmaculadas, caucásicas y de rizos colorados. Nuestras vidas que voyeristas observaban aquel afán, se iban tiñendo con la voz de su infancia donde todo tenia respuesta. Mirar por la luz de aquel ocaso le daba el sentido, que una mente de sociedad y con escrúpulo desterraría; nos condenaría al infierno con el. Sin darle crédito a estas promesas, vigilamos sigilosamente su rostro, pudimos observar que con aquello cubría la memoria perdida, la cual sin él saber, en otro tiempo le había cosido las pestañas convirtiéndolo en este ser sin tregua con la vida; en este ser de búsqueda constante del otro polo, donde el recuerdo de lo desconocido le obsequiara tranquilidad.