Carta a mi amigo doctor y mùsico:


Querido doctor:

Esta noche de desvelo, pensé lo extraordinario que debe ser para usted estar alrededor de sonetos maravillosos que logran elevar el espìritu, aquellas vibraciones que deben lograr suspender su alma y tocar el maravilloso infinito de lo que declararía la pureza de vivir. Así en ese imaginar puedo describir mi estado de un corazón partido.
Aun no comprendo que en un error de danza o imaginario, este algo así como imputada, de lograr ver el secreto de los ojos de esa mujer que guarda una "intención"...
Aun en la serenidad no puedo dejar de pensar tanto infortunio, debo hacerle frente a la violencia y también lograr superarla para que esta no me la gane.
Siento que esto que esta sucediendo me ha detenido la vida, volviendo a recordar tantos actos que incondicionalmente fui dando todo e incluso "quedando en deuda conmigo misma", sabiendo que de algun modo me traicionaba, que por una necesidad económica de sobrevivir y darle ese bienestar a mis hijos, permitirìa tanto abuso y por otro lado con una cuota de tanto afecto por el otro pensando que algún día todo cambiarìa
Y ahora por ese tropezon involuntario, siento que por instantes mi vida esta llena de nada, porque cuando me aproxime a ese espacio donde yo tanto quiero, sentiré que ya no es mi lugar y aun así cuando independiente de lo que se decida, esos largos años no podré olvidar tan fàcilmente.

Nos condena el sufrimiento anticipado o por la imaginaciòn...siento mi cuerpo y mi mente tensa, esperando algo así como una condena, sin abogado defensor, solo yo en un ambiente sin eco, con un juez sin memoria y sin solicitar informes, testigos y fundamentos.

Solo sé que hay personas que logran tan solo por segundos en un acto libre, querido y exclusivo, salvarse y poder volar, así como usted mi querido amigo que acompañado de compases entra a un mundo más profundo y sagrado.