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Inicio / Cuenteros Locales / LARMDO / Mil formas para decirte adiós…(Monólogo)

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(El escenario se encuentra en oscuridad total, comienza a escucharse una tenue música… Entra Mario, baja el volumen de la música, camina unos pasos al frente, se inca a un lado de la silla y comienza…)
Mario:
Saber que todo lo que pasamos en la vida es lo que consideran correcto, que todo tiene un principio y jamás un fin, es lo que nos confunde… Toda la vida optamos por hacernos a la idea de que todo es para siempre y que nada terminará. Pero que sucede cuando en nuestra vida la noche llega, cuando el temor invade nuestros sentidos y la distancia entre el suelo y el cielo es inexplicable… Recuerdo tantas anécdotas de un no adiós inesperado que la sola presencia de mis pensamientos me estremece ante la simple idea de no poder decir te quiero en el momento y de buscar mil formas para decirte adiós.
Cuando las palabras ya no salen de mi boca sino de mi corazón…

(Calla un momento, Mario 1 sale de la oscuridad y comienza con la primera historia.)

Recuerdo mi primer adiós cuando era pequeño, tan pequeño, que aun creía que el solo pensar hacia mis sueños posibles… Dentro de esos sueños apareció un gran amigo, un amigo singular…
Cuando yo tenia 4 años, mis padres me regalaron un oso, dentro de un bote, era muy poco común y sobresalía de los demás juguetes, su nombre *Sinforoso*, al menos así le llame, cuando salíamos de vacaciones, iba siempre conmigo, ya que no podía dormir sin el, las noches eran eternas… Recuerdo que mi hermano mayor me hacia burla, una ocasión que mi mamá me iba a dar de comer, estallé en tremendo berrinche ya que mi amigo no estaba a mi lado. Al salir de compras era necesario tenerlo. Lo que siento por Sinforoso es inexplicable, pues es mi amigo y compañero, nunca me dejaba solo, el me cuidaba y aunque muchos dicen que solo era un peluche, yo no lo consideraba así, por que me entendía cuando estaba triste y se alegraba al verme feliz, llorábamos juntos y compartíamos todo. En ese momento sabia que nunca nos separaríamos…

Una tarde, cuando tuve que asistir a la fiesta de mi primo, mi mamá entró a mi cuarto con su gran espíritu de limpieza, tiró mis revistas, mis zapatos viejos, todo era metido en un gran bote azul… Por descuido, lanzó uno de los zapatos al bote, pero este pegó en el estante donde yo había dejado a mi amigo… (Triste) ¡Se cayó!... Terminó la limpieza y con ella también mi gran amistad con Sinforoso.

Al regreso de la fiesta, busqué a mi amigo para platicar y explicarle por qué no lo había llevado… Lo busqué por todos lados, pero jamás apareció, me acuerdo que durante días tuve temperatura, en verdad, odié tanto a mi mamá… Recuerdo que todas las noches oraba por él, por qué algún niño lo hubiera encontrado y lo cuidara y protegiera más que yo… (Mario 1 Queda parado en su sitio, Mario comienza el diálogo)

¿Y tú me decías que nunca te irías?, ¡Qué estarías siempre a mi lado!, ¡Te fuiste!, En verdad que me hiciste mucha falta, me hubiera gustado estar junto a ti en los momentos importantes…
(Se levanta, coloca un cd, lo escucha unos segundos, jala la silla, junto a él encuentra una pequeña caja, hurga en ella, encuentra una carta, la observa, lee.)

Mi segundo adiós no anunciado, el de mi amigo, un tipo con tantos sueños y ganas de triunfar y de pronto… Todo perdido por culpa de las drogas, él quien me cuidaba a mí y no pudo cuidarse, por falta de aceptarse como en realidad era… (Toma la carta y la lee) (Se escucha una voz y sale de un rincón Mario 2)


¡Mí estimado amigo!:

Me dio gusto saber de ti, haber recibido tu postal, así como tu extensa carta, me siento orgulloso de ser tu amigo… ¡Estoy muy triste! Ya que días después de mi llegada a Nochixtlan, Oaxaca, ocurrió lo del huracán y la verdad, me afectó muchísimo, deberías de haber visto los destrozos, la gente muerta, gente humilde que no tuvo un refugio… ¡Tengo coraje!, Ya que las autoridades, jamás hicieron nada para salvarlos, no te creas lo que dicen el la televisión, eso no es cierto…
Deberías haber visto… Todo era una pesadilla, pero… Hay que ayudar y salir adelante.

Te comento que me gusta mucho mi trabajo, aunque también, ahí existan desgracias y no pueda hacer nada… Hace poco viví algo grotesco… La muerte.

Una mujer joven vino con dolores intensos de parto, venía muy grave, por ello había que practicarle una cesárea… Después de hablar con el esposo, dijo que no podía pagar. Intentaron que el nacimiento fuera normal, pero no se pudo lograr. ¡Con la conciencia destrozada, los médicos practicaron la cesárea…! ¡Nació muerto! La madre lloró amargamente, si no les hubieran cobrado y la hubieran atendido rápido, otro ser correría por este planeta, lo que pudo haber sido un bello día, fue el más horrible.

Quizá esto me ayudó a pensar en la vida, la muerte, en la felicidad.



Ahora se que solo cuando se ama verdaderamente hay felicidad y se entrega todo, que la vida es un don y debe disfrutarse, se que hay cosas hermosas, pero ese día marcó mi alma y mi corazón y prometí disfrutar cada cosa, cada día, por eso hoy disfruto de las estrellas, del cielo, ahora se que quiero ser feliz un día a la vez… (Mario 2 se queda en su sitio)


¿Y así respetaste nuestra amistad?, ¿Qué te pasó? , Ser feliz, vivir, coraje, miedo, ahora estoy más confundido que antes, ¿Por qué pensar en ser feliz si todo termina? Recuerdo un cuento que me contaba mi abuelo, él decía que siempre que la tristeza invadiera mi alma, solo mirara al espejo y que solo ahí observaría mi verdadera esencia. (Se levanta de la silla y camina hasta el espejo, del espejo Mario3 comienza su narración)

Mi tercer adiós, ese si me partió el corazón… Recuerdo que nos conocimos, platicamos y fuimos a tomar un café, se que es tonto, pero nunca sentí algo similar, era como si un rayo penetrara mis entrañas y me fragmentara en millones de pedacitos. Salimos del restaurante, eran como la una de la mañana, caminamos y nos guarecimos en uno de los jardines del monumento a la revolución… Durante toda la madrugada fui feliz, platicando y haciendo planes… Durante toda una semana nos vimos a diario, compartíamos todo, éramos la pareja más envidiada.

Una noche, exactamente el 24 de diciembre, después de pasar un día inolvidable, asistimos a misa, todo lo que me rodeaba era fabuloso, como si todo estuviera dispuesto para que nunca olvidara esa noche…

Entramos a la iglesia y nos sentamos junto a su mamá, quien despóticamente me saludó. En toda la misa observé que la Señora lloraba, pensé que era de emoción, al concluir los ritos, salió despavorida sin despedirse… Mi amor corrió tras ella y al volver, me dijo que todo era por mi culpa, que su mamá me tenía celos… Que no me preocupara, ya que después de las 24.00hrs me llamaría y que por mientras me retirara a mi casa… ¡Entendí de inmediato! Traté de conservar la calma y salir de la iglesia con dignidad. Al salir del templo, tropecé y caí en una zanja… Fue horrible darse cuenta de no ser aceptado por otros y sobretodo no vivir una vida propia. A partir de ahí, casi no nos vimos, más sin embargo el adiós se dio con una suave palmada en la espalda, un poema de Benedetti y una lágrima que derramé al ver como me alejaba en el microbús. Sé que fue lo mejor y aunque dolió fue lo mejor.

(Regresa a su lugar en el espejo y Mario se retira, busca otro cd, lo pone y vuelve a su lugar en la silla, guarda silencio un momento mientras escucha la canción)




En verdad que en ocasiones todo parece tan distinto, te meten tantas ideas en la cabeza, que terminas por no disfrutar tus sueños, es ilógico, aun recuerdo cuando de pequeño disfrutaba las cosas sencillas de la vida, el caminar el ilusionarme por objetos pequeños… Mi primer árbol de navidad, aquellas improvisadas ramas color plata que aunque pobres me hacían pensar en amor, en lo que era para mi necesario, aunque por bastantes años mi entorno fuera hostil… Considero que de ahí, surgió mi afición de contar mis cosas por medio de historias, historias que reflejaban de cierta forma lo que me pasaba y sentía y jamás me atrevía a contar…

Era fabuloso… Con el tiempo todos mis sueños crecieron y se incrementaba hasta que un día, hace algunos años por error de la naturaleza, mi cuerpo comenzó a cambiar y cada vez mas mi organismo se deterioraba… ¿Pobre de mi? No, aunque me costaba trabajo, le echaba ganas y seguía soñando… Cada vez y con mayor fuerza me creaba los lugares adecuados para ser perfecto, pero ahora, Ya ninguna historia es suficiente, ya ningún sueño es lo suficientemente grande para retenerme aquí… Recuerdo que alguna vez pensé en alas y me las construí para sobrevolar la tristeza, para llegar hasta lo imposible y no pensar en caer…
Ahora mis alas quedaron en el recuerdo, así como mis sueños…

(Se levanta y busca en una caja, saca unas alas, se las coloca, sube a la silla) Creo que llego el momento de buscar mi forma de decir adiós, talvez no como el común, sino como me gustaría terminar en mi sueño, darme la oportunidad y volar hasta donde los temores humanos no existen… Y donde aun exista un importante sueño donde yo sea el fuerte… (comienza a batir las alas) Esperando ser feliz y no justificando cada acción humana… Descansar, sentir, disfrutar…. (Salta, cae el piso, jadea, se retuerce) El ser escritor trajo conmigo el premio de hacer vivir a las letras y ahora por las letras medito mi mayor regalo, el regalo de fabricarme un adiós para siempre…

Me duele por que ya no veré el sol, ya no disfrutare los paseos diurnos, las pláticas de lugares lejanos, los pocos amigos que aceptaban mis ideas, mis melodías extravagantes.

Ahora solo repica en mi cerebro una frase, el haber hecho lo que quise, el sacar de mi mente lo que me dolía, el sentirme bien, ahora agradezco una de tantas formas para decir adiós. (Guarda silencio) (Los demás se reúnen cerca del cuerpo, se toman de las manos y entonan el poema… Lo rodean y concluye)









La noche comienza a caer,
El calor me comienza a estremecer,
Miro al horizonte y ya no estas…

Juego a hacerme fuerte, a imaginar,
que solo fueron algunas horas
para odiar.

Tu y yo al frente sin ganar,
sin dejarnos vencer,
sin platicar,
solo sintiéndonos jueces…

Se nos olvidó el verbo conjugar,
Te amo, me amas, nada más,
Diferente hubiera sido entender,
Comprender tu contexto y mi
Forma de ser…

¡Y quizá!...
Difícil el tiempo retroceder,
Pensar en lo bueno, comprender,
Mirarte por siempre y creer,
Como un gran roble blanco y aprender…

La noche comienza a caer,
mi alma sufre al no entender,
soñar, pensarte y saber
que en la próxima ida te podré entender,
amigo por siempre y para bien…

Saberte feliz en donde estés,
Olvidando lo malo y vencer.

Juego a hacerme el fuerte y a pensar,
Saber que me amaste y no llorar,
Sentir que la herida sanará,
Entender por siempre sin juzgar,
Saber que solo lo hicimos por jugar,
Que no nos dimos el tiempo de soñar…


Juntos, la vida nos llevará…
Agradeciéndote hasta el final.



Ha llegado la noche…
La despedida es inevitable,
Recuerdo que temo a la oscuridad…

¿Y ahora quién me ayudará?
¿Quién las tinieblas disipara de mis sueños?

¡Es mejor así…!
Olvídate ya…
Cierra los ojos,
piensa en soñar,
descansa tranquilo,
que en mi corazón vivirás…
































Texto agregado el 11-03-2012, y leído por 191 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
11-03-2012 es tan cierto! morssanguini
 
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