Es tan apetecible la paciencia
cuando tu cuerpo es un rompe olas
un rompe vientos
un rompe vacios
Un rompe finitudes,
tengo la ultima curda
tan atractiva como la vida
y los ojos acusando
la línea del horizonte
a la altura de tu cuello
de que no es guillotina,
los ojos y el continuo
el continuo y la sala de espera
la sala de espera
y tu atravesando
el paso peatonal con tacones amarillos
olvidando por momentos
que llevas un esqueleto por dentro
yo consciente de mis huesos
y no busco una premisa intermedia
que te anule en un silogismo
solo quiero escuchar lentamente el piano que pisas
cuando la rabia de la ciudad se detiene en rojo
antes de que entres a la boca del boulevard
busques un asiento de primera
te aspiren ,
hagan imaginerías contigo
Comiencen la diáspora
y yo vaya detrás de santos
sin concebir el tamaño mundo.
Texto agregado el 10-03-2012, y leído por 152
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