Tu risa se escapa con el aire,
tus ojos se esconden tras los cercos,
en huracanes tus voces ya no llaman
Ya no te prendes fuego, ya no mueres.
Tu amor ya no arranca ojos,
tu violencia ya no hace estar vivo,
la corriente se llevo tus manantiales,
tus lagos, tus promesas, tus piedras de río.
Si llenabas las mares de plata
y volaban los perros en nubes,
si desangrabas el cielo al alba,
si poblabas los verdes de flores
Se te desbarata las trenzas de ayeres,
ya no pintan, ya no cortan, no convocan
Se rompen los gestos, los cristales, los puños,
tus versos no taladran corazones
Te disfrazas sin intención de ausencia,
tiras tus ropitas repugnantes, de dolor,
de albedrio, de relevancia y frio,
de ti, de nosotros, de hasta siempre.
Jaime Carcaño |