¡Olé…..CHE!
(Lo que sigue es producto de eterna curiosidad conmigo, mucho de suposición y sobretodo: ignorancia.)
Toda mi vida he oído a menudo dos palabras, una que nos ha llegado desde la Madre Patria y es “¡Olé! ¿Cómo es que nació el ‘¡Olé!’ Se lo he preguntado a españoles, he buscado en diccionarios incluyendo el de la Real Academia Española y el U.T.E.H.A americano. El primero explica su uso y el segundo que viene de la voz árabe ‘uhalá’ que quiere decir ¡Por Dios! Mas no es lógico puesto que no se emplea así. Igualmente las enciclopedias, últimamente en internet y ninguno convincente.
Leyendo a la insigne escritora peruano-chilena Isabel Allende, menciona en su novela “Inés del alma mía” la clásica obra “La araucana’ por el escritor español Alonso de Ercilla que leí Dios sabe hace cuantos años. Fuí a buscar tal libro y al hacerlo encontré a su lado “El lazarillo de Tormés”.
Este libro que se encuentra entre las primeras obras de la literature española se remonta a los días de la Inquisición y fué publicado cuando Cervantes contaba con siete años de edad. Siendo prohibido por la Iglesia, el autor prefirió mantenerse en el anonimato. Talvez sería la razón por la que fue ampliamente leída en Iberia.
En el Capítulo I al que el autor se refiere como “Tractado Primero” nos presenta al lazarillo como un atrevido y precoz niño que servía a un ciego. Después de mucho abuso por parte de su amo al fin opta por la venganza.
A escondidas de su señor había comido una longaniza, el ciego se percata de aquello al notar en su aliento el típico olor y tomándolo por la cabeza le huele la boca para luego propinarle fuerte castigo.
Más tarde el niño-guía lo lleva a un riachuelo sobre el que han de saltar. El muchacho acomoda al ciego de forma que al saltar tope contra el soporte de un puente que le causa un gran golpe en la cabeza, el ciego cae al suelo y el niño en su alegría le grita: “Pudiste oler la longaniza y no oliste el poste ¡Olé, olé, olé!” queriéndole decir “¡Oled, oled, oled!”.
Es la primera vez que tal palabra aparece en la literature española (que yo sepa) y la forma en que el lazarillo lo usa es como aún se usa en España,
es decir: con alegría, como aplauso, dando ánimos, con orgullo como..¡Olé!
¿Fué entonces que empezara el ‘olé’?
Luego el “che” ¿De donde salió? No lo he logrado averiguar en forma similar al “olé’ y es mencionado en el resto de latinoamérica, creo, refiriéndose a los amigos argentinos. Entiendo que no se usa en Chile ¿Se usa talvez en Uruguay?
En México entre los muchachos, hablando entre si se dicen algo así como ¡Orale güey!”, me acuerdo que en los 50’s aún se decían “buey”, en Guatemala es el “vos” pronunciado como en ¡Hola vos…¿Que tal, vos?…estás fregado, vos…” En El Salvador es “¡Hola chero!”, entros países, no sé. En Australia es el “mate” (pronunciado “meit), en EEUU es “man’ or “guy” (pronuciado “gai”). Pero bien, en esa misma novela Isabel Allende describe de la lucha de Pedro de Valdivia contra los indios mapuches que se extendían por Chile y buena parte de Argentina y sabiendo que “mapuche” viene de ‘mapu’ significa “tierra” y “che” es simplemente gente (gente de la tierra), el argentino al usarlo quizás quiera decir ‘gente’ como “oye gente” u “oí che”. (Nildita me llama ‘che’).
¿Me pregunto si todo ésto es cosa ya bien sabida y estoy descubriendo el caldo de frijoles (habichuela, judía o poroto) o el puree de papas?
Amigos cuenteros…¡Ayuda!
|