1. INTRODUCTIO
El Director del Canal Televisivo KBCEA convocó a una reunión extraordinaria del Consejo. Tuvo el tino de citar al Psicólogo de Masas, a Zitarot, que estaban en la nómina del canal. Invitó también a un siquiatra. Allí expuso la situación:
- Señores: nos hemos reunido, porque los problemas cada vez más recurrentes de los faranduleros nos pueden proporcionar un grave daño.
- Pero, señor presidente, si de eso se trata, de que se provoquen hartos problemas para mantener nuestro excelente ratting.
- Es que no se trata de esos problemas que nosotros inflamos, sino reales problemas psicológicos que afectan a nuestros faranduleros.
- ¡Como cuáles?
- Todos lo sabemos: decepciones amorosas mensuales o bimestrales, a lo más, trimestrales; graves depresiones; violencia intrafamiliar, si es que así queremos llamar a las parejas con que viven en ese semestre.
- Tiene razón, señor Presidente. ¿Qué tenemos que hacer?
- De eso se trata: buscar soluciones.
2. STATUS CUESTIONIS
Tras un desordenado debate inicial, uno de los directivos propuso:
- Ya conocemos el status cuestionis, es decir, cuál es el problema. Ahora, veamos cuáles son las causas de y, finalmente, que soluciones proponemos. Como son asuntos sicológicos le pediría a don Tristán, nuestro amigo psicólogo, nos haga ver por qué se producen estos problemas.
El sicólogo Tristán, como buen profesional, conocía las causas, las que expuso con palabras simples:
- La personalidad farandulera tiene su raíz más profunda en la zona periférica del segundo lóbulo cerebral izquierdo. Producto a la vez de una formación egocéntrica fallida, especialmente en los primeros cinco años de existencia. Esto, unido a la falencia en el hipotálamo, los hace reaccionar con manifestaciones de inestabilidad, depresiones continuas o intermitentes, agresividad, y…
- Perdone la interrupción a su interesante exposición, ¿cómo explicaría en la práctica, la personalidad farandulera?
- Lo expondría en estos términos: Son personas globos. Globos que necesitan inflarse para hacerse notar que existen (porque tienen hambre de hacerse notar). Al inflarse, se topan con otros globos que también se están inflando. Al toparse, se dan cuenta de que les están quitando lugar para inflarse más. Y allí nacen los conflictos no meramente pantalleros, sino que existenciales. Si el problema los supera, porque su pareja tiene más fuerza de inflación, vienen las depresiones; pero, si es el más fuerte, surgen las reacciones de violencia para acallar a golpes a quien ven como invasor del espacio que pretenden para sí.
Y así por el estilo. Esto es fatal, en algunos casos.
- ¿Puede darnos un ejemplo?
- ¡Por supuestos! ¿Qué le pasa a un globo inflado si lo pinchan?
- Destrozado.
- Ahí tiene el ejemplo fatal.
3. RESOLUTIO ABORTATA
El Director, hombre muy práctico, terció:
- Ya tenemos las causas. Ahora, hay que buscar soluciones.
- Propongo enviarlos al siquiatra, propuso el Secretario General.
El siquiatra respondió:
- No les conviene. A mi sólo me los pueden enviar cuando hacen crisis. Yo estor programado para dar muchas pastillas sedantes y de evasión. Con eso, los retiro de la circulación y ustedes quedan sin sus servicios.
¡Honesto el hombre!
El psicólogo propuso
- Envíenmelos y yo les haré tratamientos de Psicoanálisis, Regresión e Hipnoterapia. Es el camino correcto.
Todos estuvieron de acuerdo. Mas, cuando iban a redactar la resolución final, habló don Elemiro, un director que hablaba poco, pero que tenía ideas salvadoras:
- ¡Un momento! No hemos tomado en cuenta otros elementos de juicio como, por ejemplo, las consecuencias de nuestra resolución.
- ¡Pero hombre!, -reclamó el director de finanzas- si las cosas son muy claras.
- Puede que sí. De todos modos, propongo que la Sra. Zitarot nos muestre qué dicen las cartas.
Tras una breve discusión, se procedió a darle la palabra a la simpática tarotista:
Con premeditada solemnidad, barajó el naipe, esparció las cartas sobre la mesa, e indicó al Jefe de Programación que sacara una. Y ella lo explicó.
- Esta carta indica destrucción.
Un escalofrío recorrió a la Corporación y les hizo poner cara de interrogación. Por lo que ella explicó:
- Si el psicólogo logra sanar a los faranduleros, estos dejarán de serlo, porque, según nos explicó él mismo, el fandulerismo es síntoma de un mal interno. Nos quedaremos sin esa valiosa gente, y sin programas atrayentes.
El psicólogo asintió y la asamblea se tornó un murmullo desalentador ante el descubrimiento
Zitarot pidió al Jefe de Finanzas indicar otra carta, que ella dio vuelta:
- Esta carta indica muerte.
- ¿Cómo así?, exclamó alarmado el Director.
- Sí, porque al no haber faranduleros, tampoco necesitaremos a los chismólogos…, este…, perdón, a los Opinólogos. Estos quedarán cesantes, debiéndose pagar las indemnizaciones correspondientes. Al no haber faranduleros ni opinólogos, no habrá morbo. Al no haber morbo, la curiosidad morbosa que hemos impuesto en la audiencia quedará insatisfecha. Se perderá ratting. Con eso, disminuirá el avisaje y vendrá la bancarrota. ¡La muerte!
4. RESOLUTIO ET FINALIZATIO
El murmullo anterior se transformó en baturrillo de alarma creciente. Hasta que el cuerdo Director propuso la solución menos onerosa y más salvadora, simple y astutamente acertada:
- Contentémonos con decirles que si siguen con esos graves síntomas, no veremos en la tRiste necesidad de no renovarles el contrato. Así se cuidarán, no habrá problemas, y esto no nos costará un miserable centavo.
Así se acordó, así se escribió. Y así se procedió.
¡Señores: Problema resuelto!
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