UN SALUDO MAÑANERO
¡Buen día señor Sol!
¡Buen día pequeño gorrión!
¡Buen día gato dormilón!
¡Buen día a todo escritor!
Al inicio de este día - como siempre -
elevo una oración al Creador
agradeciendo el descanso de la noche
y el nuevo amanecer con todo su esplendor.
Suplico su perdón,
soy humana, caigo en error.
Le ruego esté presente guiándo
y ayudándonos en la labor.
Una agenda me indica,
cuán ocupadas están las horas.
Minutos recargados,
segundos muy ocupados.
El día avanza sin darme cuenta
personas amables, cordiales
por la luminosa puerta
salen y entran.
No todo es trabajo, mis manos descanso
pero mis oídos y mente escuchan pendientes.
Sus penas y angustias manifiestan a diario,
sin ser yo sicóloga, me apresto a escucharlos.
Y yo, en medio de aquél movimiento
escucho en silencio, escucho en silencio...
Y casi sin darme cuenta
poco a poco voy dando respuestas.
Una a una de aquellas personas,
a diario en mí se desahogan.
Me entero de cosas, aveces dolorosas,
desiluciones penosas, desiluciones amorosas.
El ser humano lleva tantas cadenas...
El ser humano lleva cargas, lleva penas...
El ser humano aún no aprende a tocar,
no aprende a llamar...
Jesús dijo: "Venid a mí todos los que
estáis trabajados y cargados,
que yo os haré descansar"
¡Y él cumple sus promesas!
También dijo: "Pedid y se os dará;
Buscad y hallaréis; Llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe;
Y el que busca halla; Y al que llama, se le abrirá."
Quien no es cristiano, jamás comprenderá.
Pero yo con respeto y mucha humildad,
te digo amigo, hermano, te puedo asegurar,
que en Jesucristo siempre,siempre encontrarás la Paz.
Llega la noche, llega la calma...
Después de haber trabajado
como cada día,
poniendo el corazón y el alma.
¡Y vaya, vaya,qué satisfacción se siente!
Cuando cada uno de mis pacientes
con una amplia sonrisa en su rostro
inevitablemente termina mostrando sus dientes.
¡Buenas noches señorita Luna!
¿Alcanzó a saludar al señor Sol?
Pues el gorrió hace dos horas
que dejó de cantar su canción.
El gato sigue durmiendo,
y yo parece que seguiré su ejemplo,
no sin antes decirles,
que deseo tengan dulces sueños.
Agradezco a Dios su presencia,
su perdón y amor,
él es primordial en mi vida,
es mi luz, es mi guía.
Y si nuevamente él lo permite,
volveremos a encontrarnos,
por este mismo rincón,
cuando vuelva como cada día
a alumbrar el señor Sol. |