Frente al computador,
una y mil cosas en mi cabeza se pasean
de un lado al otro,
como si hubiera un gran pasillo corredor.
No logro ordenar ninguna de ellas...
Y en el intertanto,
un pensamiento se abre paso
en medio de ideas, preguntas, recuerdos...
Debo confiar aunque tema nuevamente llorar.
Son muchas las veces que creyendo en la amistad
he salido lastimada sin poder ahora libremente creer y confiar.
Miro al rededor y todos parecen vivir felices y sin temor,
que Juanita sale con Victoria
y María Luisa conversa animadamente por teléfono con Claudia,
Rosa invita a tomar el té a Paula, Margarita y Anita;
Y Raquel chatea sonriente con Manuel...
La vida gira y gira al rededor de ellos,
mientras que a mi lado parece haberse detenido.
Ahora, llevo mis manos al teclado
y casi sin darme cuenta comienzo a escribir y escribir...
Quiero liberar pensamientos,
quiero liberar sentimientos,
busco y no encuentro,
espero y no llega...
Miro detenidamente la pantalla frente a mí
y de alguna manera vuelvo a sentir
que puedo compartir vivencias,
sueños, penas..., abundante alegría,
una conversación amena de buen trato y sincera .
Aunque me turbe lo que la pantalla me entrega,
quiero arriesgarme, quiero pensar, ¡voy a esperar y confiar!
Confiar y esperar en que si Dios lo permite
pueda frente a este computador
encontrar ese sentimiento que nace de manera incondicional
y sin más nada esperar...
Sólo una hermosa, duradera, fiel y confiada AMISTAD encontrar. |