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Inicio / Cuenteros Locales / LoboAlfa / VICTORIA. ( o la Rotación en el Poder)

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En medio de la habitación principal de un rancho de bloques revocado con arena y cal y techo de tirantes de madera con tejas coloniales vetusto, la vieja vampira chasqueó la lengua en un gesto de fastidio, golpeando las palmas de las manos sobre los lados de sus muslos. El vestido de fiesta negro que guarda vestigios de un pasado de indudable aristocracia levanta dos pequeñas nubes de polvo.
- Pucha digo, sola acá en el ombligo del mundo, sin parientes, vieja y para rematarla, nada vivo cerca.
Sonríe sobradora mientras piensa: “ Qué suerte para la desgracia. Pensar que me corrí hasta el medio del campo para que no me encontraran y ahora con esto de la migración campo- ciudad, el asunto de que el campo no da un mango , soy yo la que ahora no encuentro a nadie.
Y lo peor es que cuanto menos sangre bebo más envejece y se reseca mi cuerpo. Si no consigo algún humano rápido, yo , la famosa Victoria, codiciada en todas las cortes de Europa, voy a terminar abonando el suelo de este paisito como le dicen. ¡¡¡¡Uruguay le pusieron!!!!! ¡¡¡Por lo menos lo hubieran traducido al español, así sonaba menos indígena!!!”
Caminando dificultosamente traspone los tres metros que la separan de la ventana, la cual apenas deja ver la luna , blanca y redonda a través de la película de polvo que la cubre.
El rostro, que alguna vez fue perfecto, cambia de la sorna a la nostalgia y mirando fijamente a su vieja compañera allá en el cielo dice:
- Ay, m´hija. ¿Te acordás de los tiempos felices? Cuando no había tecnología como le dicen ahora. Cuando un vampiro era un vampiro y ningún humano escapaba. Cuando me vine, harta de que persiguieran en Europa y me encontré acá con mi propia hacienda de ganado. Nadie estaba avivado de que nosotros existiéramos.
- Claro, que miércoles iban a saber si los libros venían cada tanto y ninguno hablaba de nosotros.
- Que panzadas me hacía los viernes. Después que la gente salía del Club Uruguay seguía a dos o tres que se iban a los bares del Bajo contra la Aduana y ....ñácate!!!! Ah!!! Que épocas gloriosas!!!!! Que festines!!!!.......¡¡¡¡¡¡¡¡ Qué quilombo se armó cuando me cené al curita joven que salió de la Matriz a cerrar una de las puertas.
- Ahí sí que pagué caro el precio de la fama. El Obispo de Montevideo en persona encabezó la búsqueda de mi ataúd. Menos mal que me avivé y cambié la ubicación.
- Y entonces, terminé recalando acá , el medio del campo, pero no lejos de los primeros centros poblados. En esas épocas se precisaba mucha gente y siempre este país siguió precisando de tanta gente para criar, faenar y salar la carne.
- Yo misma tuve muchas cabezas de ganado, de vacas,claro, soñando poder fletar un barco lleno de carne para Europa.......conmigo adentro. Mis enemigos ya habían muerto hacía largo tiempo. Los humanos se reproducían magníficamente. Y yo extrañaba todo mi mundo , mi tierra, aunque ya nada era igual.
Con la vista perdida en la llanura iluminada por la luz azul, la anciana ve a unos metros de la casa, se encuentra un antiguo galpón de ordeñe destartalado con varias chapas del techo faltantes. Entre éste y el aljibe, una pata de caballo con casco y hueso como testigo de la última cena.
Todo está quieto, se escuchan sólo las lechuzas que ululando, se avisan mutuamente de la existencia de algún ratón. Mas allá, una víbora engulle silenciosamente a una rana gorda en el borde del tajamar.
Un jadeo quiebra el silencio de la noche. Lejos de asustarse, Victoria adquiere nueva vida, los ojos negrísimos le brillan con el instinto asesino de siempre, la lengua gris lame sus labios. Sabe que algo vivo está ahí afuera. Y ella es el depredador, por lo tanto irguiéndose espléndida, se dirige ágil y rápidamente hacia la vieja puerta de madera y asiendo el picaporte ,con un rápido giro de muñeca abre y se lanza hacia el exterior de la vivienda.
La cabeza erguida ,las narinas dilatadas, venteando y moviendo la cabeza de un lado al otro, escruta con ojo experiente cada bulto y cada sombra que aparece en su campo visual.
De pronto advierte una forma que no es familiar en su entorno.
-¿Quién está ahí?
Silencio.
¿Quién está ahí? No me asuste. Contésteme.
Silencio.
-Por favor, soy una mujer sola y tengo miedo.
-Nnno se asuste señora..... Me llamo Mario..... Estoy herido.... Y realmente yo tengo miedo de que usted me dispare.
Con la cara rebosante de felicidad y regocijo, la vieja dice:
-No , m´hijito, no te preocupes. Estoy solita y toda compañía es bienvenida. Vení tranquilo, entrá a la casa así te curo.
De entre las sombras emerge la figura de un muchacho de no más de 18 años .
Rubio, un poco más bajo que Victoria
, de ojos grises. A la luz de las velas del candelabro , Victoria puede ver que se trata de un fiel representante de los tiempos modernos. Vulgar con sus vaqueros y sus championes de cuero, su camisa leñadora abierta sobre una T-shirt con el logo de Metallica. Pero hay un detalle, un agujero ennegrecido de pólvora deja ver una fea herida en el hombro izquierdo del joven manchada de sangre.
Entrecerrando los ojos hasta hacerlos apenas unas líneas negras y relamiéndose la vieja dice: ” Mmmm, que bocato di Cardenale ”.
Avanza hacia el muchacho y rodeando sus hombros con su brazo nervudo lo lleva dulce pero firmemente hacia la casa.
Una vez adentro, Victoria sienta a Mario a un costado de la mesa , de espaldas a la vieja estufa de piedra. Mario tiembla, como si tuviera frío.
-A ver m´hijito, contame que te pasó, así te desahogás. Dice Victoria, mientras apila leña en la estufa para prender el fuego.
-Señora, antes que nada , quiero aclararle que pese a las apariencias, no soy un delincuente, dice Mario muy serio y formal.
_¡¡¡¡Qué vas ser, ternurita!!!!!!! Si se nota a la legua de que sos el mimosito de papá y mamá,- piensa la vieja asesina. Lo que sos es mi pasaporte a la vida de nuevo y de paso sos mi cena.
Tímidamente Mario comienza a hablar.
-Señora, antes que nada le quiero pedir una cosa. Si no es molestia ,no?
-Diga, m´hijito que no molesta.
-¿Me permitiría pasar la noche acá?
Reprimiendo un grito de alegría, contenida, la vieja dice:
-No se haga problemas. Quédese todo lo que quiera. Y piensa : ¡Ya está el chivo en el lazo!!
-Le cuento doña. Resulta que estábamos en la fiesta de cumpleaños de la hija del patrón en la estancia “La Gaucha”.
-Si , la conozco, está como a 5 km de acá. Pobrecito , desde ahí te viniste!!!!!!
- Y sí. Como le decía. Estaba con el resto de la peonada, cerca del galpón de forraje, al lado del fogón, cuando me veo venir a la hija del patrón. No se imagina como estaba vestida. Unos pantaloncitos bien ajustados al cuerpo, una remerita corta que dejaba el ombligo al aire. El pelo castaño y lacio peinado hacia un lado de la cabeza y los ojos fijos en mí.
- Con la facha que tenés, no me resulta extraño que ninguna jovencita se te resista ¿Y decime, qué hiciste?
Halagado por la lisonja, Mario sigue el cuento. Victoria va hacia la habitación vecina a buscar gasas y alcohol.
- La miré fijo y le hice con la cabeza que nos viéramos atrás del galpón.
Volviendo con la botella de alcohol y las gasas la vieja le pide que cuente más.
- Y ella me hizo caso. Me levanté y haciéndome el zonzo me fui despacito atrás del galpón también.
Victoria ya no escucha, comienza a quitarle lentamente la leñadora de cuello levantado y el cuello juvenil surge esplendoroso ante sus ojos. En eso Mario interrumpe el cuento y la ensoñación de Victoria con un grito de dolor Y dándose vuelta hacia ésta le dice:
-Suave, doña, que duele!!!!!!!!
-Disculpe m´hijito, dice Victoria . Siga,siga ¿qué pasó después?
-Y usted se imagina. Con esa lindura apretada contra mi cuerpo, no pasó medio segundo que éstabamos en lo que usted imagina . Yo casi ni me saqué la ropa.
En eso cae el patrón y nos pesca, se lleva la mano al cinto , saca una 38 y yo largué todo y salí corriendo.
La vieja ,parada atrás del muchacho sentado lo escucha como en un limbo. Le ha sacado la T-Shirt al muchacho y ve ese cuerpo rebosante de vida y ese cuello tierno y terso.
-En eso siento un tiro y como que me quema el hombro, pero a mí no me importó que me doliera. Estaba tan asustado que lo único que quería era escaparme.
Ya no aguanta más , los labios comienzan a dilatarse por la presión de los colmillos creciendo debajo de ellos. La mano pasa la gasa con alcohol sin ton ni son.
-Enfilé como loco hacia lo oscuro. Corrí sin saber hacia donde.
Los ojos inyectados de sangre. Ya no escucha. Lo que importa es el hambre.
-Corrí, corrí y corrí, hasta que vi con la luz de la luna su casa señora.
Abriendo bien la boca la vieja tira el mordiscón hacia la desguarnecida yugular del indefenso muchacho. Cerrando los ojos para sentir el maravilloso sabor de la sangre, la vida que ahora reaparece en una nueva oportunidad de sobrevivir.
La dentellada se para en seco, la vieja siente una mano en el cuello y otra en la frente.
Abriendo los ojos, la sorpresa se troca en horror mientras siente la terrible presión de unas manos poderosas en su cuello y escucha esta voz:
-Disculpe doña, pero ese viejo hijo de puta me dejó sin cenar esta noche. Y qué le vas a hacer, esta vez te tocó a vos.
Antes de que la muerte llegue, Victoria ve al joven de pelo hirsuto en todo el cuerpo abrir un enorme hocico y hundir sus colmillos en su cuello.

Texto agregado el 27-02-2012, y leído por 94 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
28-02-2012 Narración con harto suspenso y emoción. Por mi parte, espero no encontrarme con otra viejecita, porque aún estoy en el mundo de los vivos.¡Me gustó! simasima
 
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