Cómo empuñar esta pluma,
si la tinta que derrama dirá la verdad,
dolerá verla correr entre las líneas,
cerrando un efímero capítulo de mentiras.
Lo cerrará para siempre y sin retorno,
y el engaño no tendrá más cobijo bajo este cielo,
buscará otras latitudes y dueños,
y seguirá, viral, replicando tristezas al viento.
Aquella batalla fue un breve tropiezo,
porque la guerra la vencí desde el inicio,
porque el ser es más potente que el deber ser,
porque el alma trasciende cualquier teatro.
Sobre ese escenario me despido,
de un recuerdo que siempre me acordaré de olvidar,
bastarán un par de noche sin frío
bastará la fina brisa de la libertad.
Soñaré despierto con estos nuevos caminos,
dormiré a la memoria sin previo aviso,
le diré que el receso del corazón es pasajero,
le diré de aquella otra sonrisa que hoy quiero.
Todo se va tal y como viene,
y nada perdura más allá de su existencia,
excepto el valor y los sueños,
la lealtad, la risa, los recuerdos.
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