dulce engaño

Conciencia recriminada
por la furia de un pecado
que resuena en mi alma,
y súbdito me postro
sopesando la contradicción
de tu apócrifo perdón.

Ya no espero consuelo,
conciencia de mi inconsciencia
que ya no confías en mí
sepultada en la obviedad
de una única verdad,
y es que gustoso me engañe.

Aún con la excusa perfecta
en tus ojos, que como un fulgor
cegaron mi juicio
enamorado de un efímero sueño.

Química de los perfumes idílicos
venda en los avocados sentidos
proclives a ese dulce engaño del amor.


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Antonio © M. ( T i T o. M.)
23/Febrero/2012
Pensamientos Vagabundos