La araña y la mosca confundían sus roles y nublaban su vista con morbo y lujuria. La noche daba el contexto exacto, los mantras invocaban un toque lúdico y pagano, el incienso y el tumulto aumentaban la premisa del susurro... la telaraña homologaba alfombras jarrones, cimitarras y sonidos orientados.
Caminaban por el bazar, en busca de la certeza otorgada por la piel y sus urgencias. Se confundían con la miseria del momento y eludían el contacto ajeno. Eran seres destinados al encuentro de la muerte, y su sabiduría aumentaba el sudor de sus cuerpos.
El frio era solo un elemento de la ausencia de pudor; el toque de substancia necesario para no eludir la cita y doblegar con decisión al miedo circulante. La mercancía por fín llegaba a puerto... las ansias dilataban las pupilas; el baile del cortejo alejaba el amor de sus cuerpos.
Sus voces se quebraban en ecos en celo, sus manos anticipaban la unión con nudillos y nervios. El bazar los obligaba a diferenciar sus méritos, y a especializar su contacto... la piel, la saliva, el sudor, todo era venta segura, el precio-sin embargo-aún no se discutía.
Los timbales enfurecían, los velos caían uno a uno por las curvas de sus cuerpos; desnudos y redescubiertos al color del sexo desgarrado.La araña y la mosca se devoraban, deglutían y vomitaban; sin mayor control que sus instintos obligados.... y entonces... (...)La lluvia cayó. El perfume inundó su espacio, y por fín la sangre acudió al llamado. Era el momento de decidir; con la última chispa de fuego que escapó de sus labios. Ya el semen y las lágrimas se volvieron un cuajo nauseabundo; el sudor en sus manos los hizo llorar.
La sangre acudió a su llamado, el bazar repletó nuevamente sus vitrinas de ofertas, en espera de la araña y su pago. Los roles ahora eran claros, la muerte de la mosca era el precio del producto.
La lluvia cesó y la araña tejió nuevamente su red... la mosca se acunaba en el olvido; la araña encaminaba una vez más sus pasos, la oferta y la demanda vovían a marcar sus venas...
(...) Y así , la araña y la mosca confundían sus roles y nublaban su vista con morbo y lujuria... |