La poesía nuevamente está perdida en ti
y yo la busco.
Parafraseando a Dalton, a Whitman,
a Benedetti incluso.
Y no me ayuda saber de memoria el canto II
y recordar a Cortázar
mientras subo/bajo escaleras .
A lo mejor está/estás en el collar de perlas antiguo
de la señora que recorre lenta la avenida Pedro Montt,
en el basurero donde tiré esa nota que pensaba dejarte en la almohada,
o en todos los versos que ido borrando mientras te busco/escribo/veo el tiempo
que llevo olvidándome entre tu galaxia de lunares.
Y sí, es verdad,
lo que sobran son poetas y lo que falta es poesía,
o lo que falta en realidad es naufragar sin sentido entre unas piernas,
morir, morirse pequeñas veces,
ahogarse las ganas en un sudor ajeno.
Y busco/busco/busco,
te juro que busco,
llevo ya muchas tardes buscando
entre piezas oscuras, humo de cigarros mal apagados,
unas tazas de café inextinguibles.
Y entonces, al final,
dejaré este poema un día cualquiera por debajo de tu puerta,
imaginando desde ya tu cara de sorpresa al abrir
y leerlo bajo el umbral
sin saber muy bien de que se trata todo esto. |