Hoy es un nuevo día y aquí estoy otra vez, esperándote a ti, amado mío. Observo el reloj una y otra vez y espero ansiosamente el pasar de las horas para nuestro próximo encuentro cibernético.
Con cada movimiento de las manecillas del reloj mi corazón se acelera cada vez mas y mas, es como si fuera a atravesar mi pecho y mis entrañas hasta salir de él.
Ya no puedo aguantar las ganas de volver a verte, a veces pienso que voy a morir de tanto esperar, pero hay algo dentro de mi que me mantiene viva y es que se que aunque estés lejos de mi y yo lejos de ti llegará ese día, ese día en el que podré ir corriendo hacia ti mientras grito tu nombre con los ojos llenos de lagrimas, podré abrazarte, mirarte a los ojos y luego decirte cuanto te amo, así, tiernamente y besar tus labios y hundirnos así en ese mundo donde solo existimos tu y yo. Pero mientras tanto, cada día caminare hacia mi casa con una gran sonrisa en el rostro mientras en mi corazón se mueven y explotan todos estos sentimientos que llevo dentro, ¡Oh, cuan manantial de pasión y deseo!
Ya casi es hora, siento como mi respiración se acelera y como tiembla mi piel por volver a decirte todo lo que siento. Espero a que el reloj avance y de los últimos minutos que faltan.
Camino y me siento frente al ordenador, ¡Ya llegó, ya llegó la hora de volverte a ver, cariño mío! Mi corazón esta saltando, salta de emoción porque ya llego la hora de volver a ver a su dueño. Una lágrima de felicidad corre, acaricia mis mejillas, besa mi boca y muere en mi pecho.
Muchos pensamientos pasan por mi mente mientras hay una gran erupción de sentimientos dentro de mí. Y al fin estamos aquí, para nuestro tan esperado encuentro cibernético.
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