Cuando te vi la primera vez no sabia que esto pasaría, solamente soñaba que esto algún día pudiera ser verdad, pero el destino cruel así lo dispuso, la verdad yo lo anhelaba, el ser feliz a tu lado, y esperaba hacerte feliz a ti también, pero fue algo que paso, algo cambio un día, fue algo dentro de nosotros, algo que crecía, eran las ganas de alejarnos, de separarnos, ya no nos complementábamos, ya se nos hacia tediosa nuestra presencia, pero fuimos felices, eso no podemos negarlo, pero lo que si podemos negar es que eso fue coso de la suerte, un juego mas de la vida para con algunos infelices deseosos de compañía y amor, con esto no digo que yo lo estaba, o si eras tu la de ese estado, solo se que al verte sentía ganas de estar contigo.
En fin, después de la tercera cita empezamos a salir formalmente, y no podía disimular la alegría, pero la alegría no dura por siempre, y eso bien lo sabemos nosotros por lo que sufrimos, pero igual, ya paso, después de seis años y mil peleas (cualquiera diría que vivimos mucho, y que las peleas se superan, pero se equivocan), nos fuimos separando, tal vez era lo indicado, quien sabe, lo que no se sabia era como iba a acabar lo nuestro, con mi pasado de peleador y mi expediente de perder fácil la paciencia, lo cual provoco muchos problemas en mi vida, y con tu alma noble, quien hubiera dicho que después de esa discusión tan fuerte que tuvimos, uno acabaría muriendo, pero tal vez eso era de esperar, lo que no se sabia era que el que acabaría bajo tierra iba a ser yo.