me gusta hacer el amor... pero, más me gusta mirar... desde niño miraba y algo dentro de mí se inundaba de un fuego sin igual... he visto a tantas y de todas ellas me quedo con mi madre, mi madre desnuda en el baño... gritando a medio mundo la locura de su hijo... aun recuerdo mi salto desde el techo, cayendo como un muerto, para luego correr y correr por vergüenza a los ojos de mis padres... aun me gusta mirar, mirar a cada hermosa mujer, llena de belleza, con sus carnes palpitante y sus ojos desbordante de pasión y ese fuego que me quema toda el alma... pueda que sea una persona singular, pero así soy... hoy miro a mi anciana madre, llena de arrugas y echada con sus noventa años en su cama y recuerdo sus ojos llenos de temor al ver a su hijo colgado de una ventana profanando su Edén... antes tenía vergüenza de ser lo que soy, un mirón, pero ahora no, mas bien, paro por el mundo y paseo sin pesar, mirando cosas bellas y tiernas, pero, cuando llega la noche, enciendo mis binoculares y apunto hacia el fuego de la noche, donde cuerpos de mujer encarnan en seres imaginarios, llenos de locura y algo así como un derrame de amor...
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