Camino en el distante eco, en el latir fulguroso de mis deseos
En un paisaje cálido, siento ese dulce caer de las hojas amarillas
La sórdida briza siempre elegante juega con mi cabeza, y hace que recuerde…
Cuando tú llegas con esa gran sonrisa y alborotas mi cabello, me encanta que lo hagas.
Diviso el sempiterno caer del sol, monótono pero siempre diferente
Ese crepúsculo a veces gris, azul, amarillo, o como hoy naranja es la gracia celeste de tus ojos
Y dibujo tus oscuras pupilas en semillas de pinos que luego salen transformadas en mariposas
Simplemente camino, esperando que el reloj marque las 6, y veo en la ciudad esa iglesia caramelo.
Tanta gente, tantos pensamientos que levitan, tantas formas, sexos, miradas, incluso colores
Todos son un mundo, pero cada uno es un mundo diferente, en mi mundo, solo hay ansiedad por tu llegada
Y por fin logro divisar tu silueta, el ondear de tu bufanda me asegura que no es otro, que eres tú
Y mis brazos con deseo y fervor propio te abrazan, de repente, pese a la multitud, para mi solo estas tu.
Tú y tú, y más tú. ¿Como no decirlo si tu te has vuelto mi todo?
Por un instante mis mortales ojos parecen nublarse y cuando los abro estamos tú y yo, en un jardín de rosas
Poco a poco mis manos tiemblan, y buscan delicadamente sentir contacto con las tuyas
Poco a poco mi cuerpo cubierto libera a mi alma desnuda que te susurra “te amo” a tus oídos
Y entonces modestamente cada ves estoy mas cerca de ti, hasta que nuestros labios se encuentran.
Inestabilidad, fragilidad, deseo, amor, soberbia, dolor, bondad, todos mesclados en una sensación única que solo tú puedes lograr en mí
Mi pecho se expande y mi corazón se acelera, mis ojos se cierran y en mi oscuridad te siento
Tus labios, ese dulce tejido que deseo, ese néctar, el agua en mi desierto, la pasión hecha carne
Esos ojos cafés, cual dulce caramelo, perforan mi crisálida, dejando mi cuerpo de porcelana a tu alcance.
Tan rápido, tan lento, de repente… estas tan cerca de mi, siento el vapor emanado de tu boca
Y tus labios brillan, como dulce, como miel, deseo… Yo deseo besarlos una vez más
Y de repente la oscuridad es un hermoso cielo rebordeado por algodón dulce
En ese momento no hay gravedad, solo polvo de estrellas…
A.F.P.S.
Escrito por Jonathan Lesmes (Yukito Prince Vampire)
|