“Gracias a la Vida”, dijo Violeta Parra, quien para ojos de muchos, fue una sufrida mujer que tal vez más que agradecer pudo bien maldecir a la vida…, sin embargo dijo “Gracias”, gracias a la vida que me ha dado a tanto… y nos metió a todos en el mismo saco, porque “el canto de ustedes es el mismo canto”… todos debemos agradecer a la vida… y tal vez era cierto que le “dictaban las letras desde arriba”…
Acabo de escuchar la interpretación de Luz Casal para Gracias a la Vida… uufff, potentísimo!... Debe ser la mezcla entre Violeta y Luz… wow!... ahora me doy cuenta… el color violeta es pura protección, sabiduría y tiene una tremenda conexión con el espíritu, el de cada uno… y luz, la luz nos saca de la oscuridad, nos alumbra el camino… ¡es que me parece tan obvio ahora que lo veo! (es como dijo Gabriela: “¡¿Cómo os ven y no os cubren Dios mío?!”)
Las revelaciones están ahí a cada momento, sólo nos debemos dar el trabajo de observar, de encontrarlas, de querer develar los misterios… no es necesario retroceder y caminar descalzos el monte para que las nubes dejen pasar los rayos de sol que por propia voluntad escriben nuestro destino… es distinto aquí y ahora… nuestro destino está en nosotros y debemos ser capaces de descubrir la parte de Dios en nuestro interior que nos revelará los secretos para seguir el camino, descubrir esa luz…
Me sorprendo a medida que avanzo en la senda… a veces no sé si camino hacia adelante o retrocedo… aunque estoy consciente que debemos estar atentos, siempre atentos, pues somos capaces de entender, somos capaces de saber hacia dónde vamos… es sólo cuestión de abrir los ojos, los oídos, los sentidos todos… las conexiones están… es cosa de descubrir qué y cuándo conectar…
Hoy, sólo doy gracias a la vida, ¡pues me ha dado tanto!
Hay tanta sabiduría rodeándonos, tantos maestros queriendo enseñarnos… Tanto por lo que dar gracias…
Yo, de mis dos abuelas aprendo, una dice: “Dios proveerá” y la otra decía: “Cuidado con lo que pides, que se te cumple”
Ahora veo que ambas frases me calaron hondo… que lo que era y es parte de mis abuelas son parte de mi genotipo… que ambas viven en mí… que yo resulté con parte de ellas…
Yo pedí que se suspendiera el tiempo, que mi vida estuviera en paréntesis, mientras los demás seguían funcionando… quise no estar, pero sí vivir… no sé bien de qué manera, tal vez pensé que podía vivir del aire; entre paréntesis, en una pausa…
¿Cuánto tiempo llevo? No lo sé… ahora sé que tuve y tengo mi paréntesis, mi pequeño mundo en paralelo a los demás… y confiada, pues sé que Dios proveerá…
Me parecen increíbles las mediciones, pues hay cosas que no se pueden medir… o tal vez sí, sólo que la unión de ellas no, pues se forma algo distinto, algo que tal vez ni siquiera obedece a una determinada dimensión… o tal vez forma una nueva… ¿cómo saberlo?... sólo sé que estoy suspendida… ¡Gracias! Gracias abuelas, gracias la vida
Las respuestas están en nosotros, el conocimiento está, el presente está… vivámoslo y agradezcámoslo… es eso… es dar Gracias a la Vida
Cuando no nos damos cuenta es la propia vida la que se encarga de hacérnoslo saber… puede ser una confabulación entre hormonas, luna, canciones, violeta, luz, colores, sombras, gente… y hasta vino tinto y chocolates!
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