Después de muchos días puedo sentarme a escribir un poco, lo que pasa que mi hijo se la pasa en la pc y yo no puedo decirle nada al pobre, cuando el no está tengo tanto que hacer que no puedo sentarme, pasaron las fiestas y se vinieron todos los parientes de la capital, no terminaba nunca de cocinar, y eso que me gusta mucho, pero la gente es viva, ¿Vieron? ellos vienen se sientan y esperan que les sirvan, yo con gusto lo hago pero me canso bastante.
Ni les cuento del calor que pasé, las gallinas no me ponían huevos, se me secaba la quinta y eso que le ponía puro agua de la bomba, pero la tierra quemaba, hoy por suerte esta mas fresco y estoy mas aliviada, ya le hice unos tallarines al Alberto, de los caseritos, amasados con mis propias manos, el es tan grandote que nada le alcanza, y le pone tanto queso de rayar que quedan todos blanquitos los fideos. Siempre dice:
– Ma tengo que hacer dieta, los pantalones ya no me entran, si será zonzo el grandote jaja y se come todo.
La otra vez les contaba de mi ahijada la Lucia, la pobre ya no sabe donde esconderse, se le nota la pancita y el novio se resignó a ser el papá, porque lo agarró el padre de ella y lo corrió con una escopeta por todos lados, a el no le quedo otro remedio que aceptar la situación, pronto se van a casar creo, el se quiere juntar pa no tener problemas de divorcio después, dice, y a la pobre Lucia se le llenan los ojos de lagrimas, si será sinvergüenza el Rodolfo.
Les cuento que me llamaron de una escuela de campo para la cocina, vamos a ver como hago, tengo que recorrer 3 leguas a caballo y no se si resisto, ya no tengo edad pa esos trotes, vamos a ver si acepto, porque unos pesos de mas no vienen mal con la vida tan cara, sino estaba pensando pedirle al vecino que me lleve con la camioneta cuando pueda, me da un poco de vergüenza, el es un gaucho viudo y que va a pensar de mi.
Ahora me voy a la quinta a buscar cebollas de verdeo y un morrón, un poco de orégano fresco y todavía quedan algunos tomates algo maduros, hago la salsa y listo, le pongo poca sal por la presión, pero el Alberto se lleva el salero a la mesa, me da un poco de miedo por el, pero que se le va a hacer.
A alguna señora de aquí, de la página, le debo la receta de los bocaditos, ya se la mandaré por correo, ya aprendí a mandar los mails.
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