Tomados de la mano, recorrimos largas calles, iluminando en la noche, lo sombrío de ese invierno, lo frío de tus lugares. Caminando descalzos como si flotásemos en el aire, dejamos nuestras huellas, entre besos y caricias, entre risas y cantares. Continuamos nuestro andar, nuestro encuentro, desde Plaza Italia hasta el santuario, junto con nuestros ojos, comenzó el amor en silencio, hasta llegar al mirador, que contemplaba en el destello, de cada luz que habita en el cielo, que nosotros llamamos hoy recuerdo.
Todo comenzó tomado de la mano, desde mi querido Santiago, salieron mil te quiero, mil te amo.
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