Nadie sabe en Derqui, que le aconteció al hijo del farmacéutico, al que le dicen “Cabeza de Glándula”.
Algunos piensan que sufrió un accidente con la
moto, porque está enyesado de la cabeza a los pies.
Su padre, aprovechó la circunstancia, para conseguir algunos “Sponsors” y sobre el yeso ya tiene varias propagandas. La que más se destaca es la que tiene en la espalda y es del taller de motos del Tano Fettuccini.
En realidad son todos sponsors locales y creo que está tratando de conseguir alguna marca internacional, como la Adiddas o la Nike, pero lo creo difícil, porque estará enyesado solo tres o cuatro meses y esas marcas hacen contratos por un año como mínimo.
Lo que resulta divertido es la pelea que tienen por el espacio de la frente y la nuca, los dos únicos peluqueros del pueblo. Ambos quieren la misma zona para sus publicidades y el farmacéutico
quisiera que su hijo tuviera dos cabezas para poder
publicitar más.
Lo pasean por el pueblo, en el sidecar de la moto, que maneja la abuela que lo lleva por todos lados tocando la bocina para que la gente lo mire.
Los peluqueros hicieron un trato salomónico: Un día
cada uno publicitan sus negocios. Hoy le toca a Cara con Mango y mañana le toca a don Félix. Así que mañana le pondrán otra venda en blanco y don Félix escribirá su publicidad. Y pasado mañana otra venda encima y Cara con Mango escribirá la suya. Cada día tiene la cabeza más grande, pero eso no le importa al farmacéutico, pero sí al Cabeza de Glándula, ya que le pesa demasiado porque las vendas están impregnadas con yeso.
No sé en qué irá a terminar esto y hasta me da un poco de lástima el pobre Cabeza de Glándula.
Pero él tuvo la culpa. Yo solo lo amenacé con un palo de golf, y era un hierro 12 y no bien le di un palo en el hombro, empezó a correr por la quinta en la oscuridad, con tan mala suerte que no vio el viejo aljibe y cayó dentro (o ¿adentro ?).
El fondo del aljibe está a quince metros y me costó una barbaridad sacarlo. Menos mal que el aljibe todavía tiene la vieja cadena para sacar el balde con agua y el pobre Cabeza de Glándula se acomodó como pudo en el balde y cuando faltaban unos tres metros para llegar al brocal se rompió el asa del balde y volvió a caer, pero esta vez solo de 12 metros.
Claro, cuando logré sacarlo, esta vez con la ayuda de doña Sofía, estaba hecho una piltrafa. Le dí una aspirina mientras venía la ambulancia y en cuanto el médico lo vió dictaminó fracturas varias.
Pero salió ganando.
Los peluqueros le cortarán el cabello una vez por
mes durante 99 años, así dice el contrato que les
hizo firmar el farmacéutico. Es un tipo vivísimo. Debe ser porteño. A mí me amenazó con hacerme un juicio por todo lo que poseo, por no tener un seguro contra caídas en el aljibe. El tipo cree que estamos en EE.UU y solo estamos en Derqui. Se arrepintió de comenzar el juicio cuando la abogada Irigoyen Roca, (la Ale), le explicó que sería totalmente inútil ya que no poseo nada en absoluto. Además yo le dije que me pagaran
el balde que se había roto y me abstuve de cobrarles el palo de golf que se dobló cuando le di en la clavícula al pobre Cabeza de Glándula.
Bueno, esperaremos los acontecimientos. Hasta
ahora todo me está saliendo bien. Falta que me
perdone mi hermana y creo que me iré a vivir a
Corrientes.
Dicen que la gente allá es muy diferente.
No hay envidia ni malas personas. También el paisaje ayuda, Tengo alguna gente conocida allá. Llevaré mis pinceles y mi caballete y continuaré con mis acuarelas que abandoné hace mucho tiempo. En las noches iré al Casino a jugar al Póker, en el que me considero bastante bueno y algunas tardes haré que me inviten a alguna casa de familia a jugar a la loba y al dominó.
En fin la vida me sonríe. Como decimos en Derqui: Alguna vez tiene que sonar un tiro, pal lao de la justicia.
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