Desde hace meses estaban los preparativos, para tal encuentro, ya había sido mucha vuelta para esta fantasía rara. Es común que las mujeres casadas quieran un encuentro sexual con alguien diferente a su pareja. Pero Laura ya lo tenía pensado años atras y hace un par de meses habia quedado con alguien del chat para tener una aventura. Coincidian en algo, amaban a sus parejas y sólo los motivaba la curiosidad de hacerlo con otra persona, los dos no querían problemas y buscaban un momento de liberación.
El requisito para el encuentro era que no se supiera del otro, solo lo necesario, tal vez solo el nombre para saber con quien se viviría tal experiencia.
El lugar fue marcado con anterioridad, Laura llegó tarde a la cita, primero un saludo cordial, las miradas nerviosas, el reconocimiento de voz y de cara, porque nunca se habian visto ni en fotografias.
Los dos no se atrevían a tocarse, por la cabeza de ambos pasó el decir gracias y adios, pero tenian calientes hasta las orejas, se sentían los corazones y se percibía el olor de la pasión.
Un timido hola por parte de él, inició la conversación y una sonrisa por parte de ella continuó, estaba todo listo, pero necesitaban engañarse, sentir que no lo harían con alguien totalmente desconocido, así que hubo platica previa desde la forma de vida, hasta gustos sexuales.
La decisión más dificil ¿a dónde ir? a un motel respondió ella, entrando los dos se sonrrojaron, entrando al cuarto del motel los dos se sentaron en la cama, se tocaron las manos, después un beso tranquilo, luego llegaron los besos mas cachondos y apasionados, se quitaron la ropa hasta sentirse desnudos, las caricias quemaban, los dos temblaban, probablemente de una mezcla de calor, temor y nervios, se conocieron en un instante, adaptaron sus gustos y los gritos salían sin contenerse, se tocaron con toda la piel, lengua y dientes.
En ese tiempo jamas preguntaron más del otro, solo disfrutaban y se complacían, se bebieron y comieron a la par.
La despedida fue breve, un impulso los llevo a intentar seguir en esa locura, despues solo las gracias y las risas, ambos se despidieron sin saber nada más que el nombre del otro. |