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LA REALIDAD


Realidad, realidad, realidad, realidad, realidad. A Delia se le muere el marido. Realidad, realidad, realidad. Un Renault choca en la esquina con un Volkswagen, y Nachito sale despedido, y queda paralítico. Realidad, realidad. Luizão inaugura por fin su bar en la avenida Paulista. Realidad. Florence, llorando, se aleja de Paul con quien convivió durante veinte años. Realidad. Ese león, en Kenia, mata al cachorro del que, hasta ayer, era el líder de la manada. Realidad. Sergei logra torcer su primera cuchara con la mirada. Realidad, realidad, realidad. Quispe da a luz a su cuarto hijo en Sucre, pero nace muerto. Realidad. Violeta, de sesenta y dos años, le paga a Gastón, de veintitrés, para que la haga feliz por una noche. Realidad. Ayer Richard terminó de escribir su mejor novela. Realidad. Una cucaracha escapa del zapato de Ionesco. Realidad. Graciela tiene insomnio, piensa y piensa, no se decide, no sabe si debe abandonar a Raúl. Realidad, realidad, realidad. Un talibán caga mirando el desierto. Realidad, realidad. Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa, se despertó convertido en un monstruoso insecto. Realidad. En China, dos competidores de sumo organizan un campeonato de pedos. Realidad. Él la ama, pero no está dispuesto a ceder. Realidad. – Oye lector, si crees que esto que estás leyendo, es ficción… ¡pobre de ti! - Realidad, realidad, realidad. – Oye lector, si crees que el pasado está muerto… ¡pobre de ti! - Realidad, realidad. – Oye lector, si te crees muy onírico como para esta situación, entonces : ¡pobre de ti! - Realidad. Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera… ¡ Ja, ja, ja ! Realidad. La vida se equilibra a sí misma : ni antes, ni después; ni tarde, ni temprano. Realidad. Una mujer no puede darse el lujo de vivir en quimeras, pues está preparada para ser madre. Realidad, realidad, realidad. Es la naturaleza templo, de cuyas bases suben, de tiempo en tiempo, unas confusas voces; pasa, a través de bosques de símbolos, el hombre, al cual éstos observan con familiar mirada. Como difusos ecos que, lejanos, se confunden en una tenebrosa y profunda unidad, como la claridad, como la noche, vasta, se corresponden perfumes, sonidos y colores. Hay perfumes tan frescos como un cuerpo de niño, dulces como el oboe, verdes como praderas; y hay otros corrompidos, triunfantes, saturados, con perfiles inciertos de cosas inasibles, el ámbar, el incienso, el benjuí, que cantan los transportes del alma y los sentidos. Realidad, realidad. Ella es lo que busca él y viceversa, pero nunca se conocerán. Realidad. A los sesenta y cinco años, ella pasó su vida en limpio y vio que había sido una mentira. Realidad. El hijo, enojado, y en plena batalla verbal, le dijo al padre : - Entonces, ¿para qué mierda me trajiste al mundo? – El padre dio media vuelta y lloró durante una semana. Realidad. Triste es vivir en soledad, triste es saber que nadie puede vivir de ilusión, un soñador tiene que despertar. Realidad. Rubén jamás saldrá de la cárcel, aunque cumpla su condena, jamás saldrá. Realidad, realidad. El cadáver de Julio, dentro del ataúd, va descendiendo hacia el fondo de la tumba; el día anterior, lleno de alegría, frente a sus amigos, había dicho : - ¡Brindemos por la Vida! – Realidad. Un brujo, cerca de Cuzco, va saltando de galaxia en galaxia, de montaña en montaña; nadie lo ve, excepto cuando él quiere. Realidad. Realidad.. La intensidad del desierto y la majestuosidad de un glaciar. La adaptabilidad del agua y el poder del fuego. Realidad, realidad, realidad, realidad. En Villa El Libertador, Teresa, la costurera del barrio, tras tenaces seguimientos, termina confirmando las sospechas de que su marido le era infiel. Ella está en el living de la casa, esperando. Es de noche. El marido entra, y Teresa se le abalanza hundiéndole unas tijeras en el estómago. El hombre, sorprendido, cae al piso. Ella lo mira y dice : - ¡A ver quién te zurce esto, hijo de puta! - Realidad, realidad. Mucha gente busca lo que ya tiene : vida. Realidad. Mamá, yo quiero ser de plata; hijo, tendrás mucho frío; mamá, yo quiero ser de agua; hijo, tendrás mucho frío; mamá, bórdame en tu almohada; ¡eso sí! ¡ahora mismo! Realidad, realidad. Woody Allen visita a Rasputín, pero éste le dice que no podrá atenderlo en ese momento porque está haciendo el amor con Lou Salomé. Woody, un tanto molesto, echa a caminar por la franja de Gaza, y cuando estaba consiguiendo olvidar su decepción, un misil lo atropella y lo lleva consigo hasta China, allí encuentra a Lao Tse, quien no para de hablar y hablar; Woody, harto de tanto parloteo, se arroja al mar; nada y nada, arriba a Las Malvinas, y allí ve al Che matando a Stevie Wonder; como no soporta ver este asesinato, sigue nadando, llega a Lourdes, y en medio de los creyentes que rezan, descubre a Lou Salomé escuchando, en su walkman, la canción de “Manuelita, la tortuga”; Woody se le acerca y le pregunta : - “¿Cómo? ¿No estabas con el conde?” - a lo que ella, apartando el auricular de su oreja, responde : - “Sí, estaba, pero lo dejé porque tenía el pene muy largo y la magia muy corta.“- Al escuchar esto, el judío pelirrojo, decide que ya es mucho para un solo día y regresa a Nueva York, y allí se queda, solo, aburrido y sintiendo frío en medio de un nevado Central Park. Realidad, realidad, realidad. Picasso lamiendo los clítoris de sus chicas de Avignon. Realidad. En Kamchatka, la erupción de un volcán mata a los cachorritos de zorro que tanto le había costado a su madre criar; el chamán, que vivía cerca y sabía que esto ocurriría, nada pudo ni quiso hacer para evitarlo. Realidad. Una estrelicia y el Corán, un zapato abandonado y un condón usado, un disco de Paul Simon y un billete a Roma, diatribas y viagra, dudas y azúcar. Realidad, realidad. Karl Marx le besa el culo a Henry Ford mientras éste lee “los protocolos de los sabios de Sion”, y el libro ríe, no puede parar de reír, hasta que un balazo lo mata… ( al libro ). Realidad, realidad. Laura recibe el miembro de Nelson; su vagina se convierte entonces, en un río de aguas perfumadas, y en tanto goza, dice : - ¡sigue, sigue, sigue así, me encanta, quiero más, sigue, no te detengas! – Laura se va fusionando con Nelson, y a medida que esto ocurre, siente que se llena de primaveras y de latidos, y el tiempo desaparece, y toda su vida estalla en ese alarido final de placer. Realidad, realidad, realidad. Van Gogh y sus cuervos amarillos de un millón de dólares. Realidad. Torquemada no cree en nada. Realidad – La momia, desde un tiempo cíclico, exclama : ¡Proletarios del mundo, uníos! Así, al menos, estaréis juntos. Otra cosa, no conseguiréis. Siempre hubo ricos y pobres, amos y esclavos. – Realidad, realidad. Un pajarito en extinción : el amor; la histeria no deja de cazarlo. Realidad. ¿Atenas o Esparta? Realidad. ¿Los débiles al poder? Realidad. ¿El hombre y la bestia, o, la bestia o el hombre?... esa es la cuestión. Realidad – Oye, lector, ¿esto es lo que esperabas? Lo que estoy viendo… ¿será lo mismo que tú ves? Realidad.
– Oye lector, ahora continúa tú.- Realidad, realidad, realidad. Y que siga la realidad…




Para la realización de este relato, agradezco la colaboración de Franz Kafka, José Hernández, Charles Baudelaire, Vinicius de Moraes, Federico García Lorca y la de todos aquellos que directa o indirectamente estuvieron vinculados. Al mismo tiempo, pido disculpas a las cosas, a las situaciones y a las personas que, por diversos motivos, debí dejar fuera.





Sergio Heredia ( septiembre/2008 )





Texto agregado el 02-02-2012, y leído por 118 visitantes. (1 voto)


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