Cuan afortunado eres Mateo mamá y papa tienes
Que ilusionados esperaban el día de tu nacimiento
Dos abuelas además de dos abuelos.
Muchísimos tíos, numerosos primos y primas
Y una gran bisabuela.
En la sala de espera mientras los doctores hacían su labor
De sacarte del vientre de tu mami, tu papá y yo veíamos un programa de televisión
Como una ironía de la vida, el capítulo trataba de un ebrio y su pareja
Que encontraron una bebé abandonada en un montón de basura
Y decidieron quedársela para usarla como gancho para conseguir dinero.
No vi más del capitulo, porque pasaron lo camilleros y uno de los médicos, llevaban a tu mamá a su cuarto, sólo alcancé a ver que la niña a pesar de tener una piernita mal
Se esforzaba en caminar y acompañada de otro niño hacía justo lo que esas personas que se decían sus padres les habían enseñado. Fue una gran suerte que cuando comenzó ese capítulo ya habías nacido, de no haber sido así, mi ansiedad habría crecido. Al pensar en la posibilidad de que pudieras tener algún problema de salud. Pero ya te había visto lo hermoso que naciste, quería abrazarte ya, pero no fue posible, me dejaron verte, de pasadita, sólo porque me quejé de que sólo a tu papá hayan dejado entrar durante tu nacimiento, pero lo hice en tono de broma con el médico obstetra y su hijo, que fueron quienes se encargaron de tu nacimiento.
Mira, ya tienes una cunita esperándote hoy habló la madrina de tu mamá quería regalarte la cuna, y tu abuelo el papá de tu papá también quiere regalarte la cuna por donde dormir no vas a batallar mi querido nieto, sabes te diré un secreto es algo que todos saben, pero como eres mi primer nieto, yo me emociono más que tus otros abuelos. El secreto que no es un secreto que deseo compartirte, es ese breve instante tan sublime en que un ser nace a la vida yo lo viví al ver el video que tu papá grabó, bien pues ese minuto era vacío y se llenó con tu presencia.
Aún no sé el color de tus ojos, aunque los abriste para mí, cuando me acerqué a conocerte lo que si pude ver es la profundidad de tu mirada, tal como te soñé.
Sentí una gran admiración por los doctores que se dieron a la tarea de tu nacimiento, porque ellos viven día a día o varias veces en un mismo día esos instantes y se siguen emocionando, cuando ven los rostros felices de los familiares, como que se contagian; ya me imagino como se ponen cuando tienen que dar noticias no muy gratas, pero al terminar su trabajo que hacen con tanto esmero, se les veía contentos de que todo salió perfectamente bien. Así deberían ser todos los seres humanos que elijen una profesión desempeñarla con responsabilidad, esmero y paciencia pero sobre todo con una buena dosis de amor por sus semejantes.
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