Reflexión…
Una vez pensé que las palabras te nombrarían solas, pero en el silencio de la mañana me doy cuenta nuevamente que es imposible para mis labios no acariciar con ellas tu nombre, y me interno en las profundas sensaciones que se desprenden de mis recuerdos.
Una vez imaginé que yo podría vivir sin tu mirada transparente, pero en cada puesta de sol, el resplandor cálido de ese momento me trae el recuerdo de tus ojos.
Una vez también imaginé, soñé y sentí que yo podría vivir a tu lado por siempre, pero el vacío en cada espacio de mi casa, de mi cuerpo y en mi corazón, me hace ver dolorosamente que no existe "por siempre".
Una vez también, imaginamos, como de la mano las cosas se hacían alcanzables, que iríamos juntos muy a pesar del tiempo o la distancia. Avanzamos con paso seguro y las mañanas brillaban de manera distinta.
Una vez nos amamos con locura, y el aire que nos cubría se llenaba de nuestro aroma, las caricias se desprendían de nuestros cuerpos y dibujaban amores en la habitación.
Una vez los dos hablamos de todas nuestras vivencias riéndonos de aquellos años separados, gozosos de haber burlado al tiempo encontrándonos nuevamente.
Ahora imagino sola acurrucada entre mis sábanas, en el silencio de mi habitación, escuchando a lo lejos una tenue música que no es mas que el palpitar de mi corazón desolado.
Ahora imaginás lejos de mi cuerpo un mañana distinto para vos, sabiendo que elegiste diferente camino, quizás uno que solamente se aleja de aquellos sueños apasionados que nuestros corazones dejaron crecer en cada palabra que dijimos.
Ahora estamos lejos y nos quedan las caricias pegadas a nuestros cuerpos, los besos silenciosos en nuestros labios, la sensación placentera e inigualable de un abrazo, y un sinfín de momentos jamás olvidados. Ahora brilla en cada uno en la distancia una estrella que nos trae en cada noche un poco de la luz que adoramos, que se desprende de los ojos mas dulces que ambos pudimos ver.
|