Acuna mis sueños en sus Fuertes brazos, besa mi boca con los fragmentos de los caníbales sabores sin textura de sus huesos secos, sobre mis fríos labios de tenue carmín, acaricia la delicada curvatura de mi espalda, al tiempo que me aferro a las rústicas vértebras desnudas de su columna vertebral.
Observa mis ojos donde se oculta el brillo agonizante de mi tierna cobardía, deslizando mis manos por sus pómulos desolados, admirando tan hermosas y monumentales cuencas vacías que mi mente aventurera rellena con decoro y alevosía, situando dos diamantes como agonizantes pupilas.
Me espera mi amada, virgen impura diosa de ladrones y asesinos, madre de corruptos y dementes, amante de locos e indigentes y hoy dueña y atadora de mis más cuerdas locuras y humanas contradicciones.
Mi droga, mi veneno, mi sacro elemento, musa de engaño y mentira, avaricia y lujuria... Calma hoy mis ansias locas de poseerte y dominarte, traspasa los estatutos de mis creencias, destruyendo mis realidades, conviérteme en ateo para de esa manera no pedir nunca, jamás al señor de los Cielos por vosotros en mi oscuro y penoso lecho.
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