En largos senderos de hierba tierna,
Quedaron atrapados la memoria de algunos años y un amor.
Entre el suave vaivén de espigas doradas,
Se oculto una tórrida pasión que fue nuestro secreto.
Bajo un manto de fina lluvia en una tarde estival,
Comprendimos que podíamos compartir nuestros sueños.
Mientras las doradas hojas del otoño crujían a nuestro paso
Terminamos por descubrir que no podíamos vivir el uno sin el otro.
Texto agregado el 31-01-2012, y leído por 257
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
02-02-2012
me gusto la imagen de las hojas de otoño crujiendo, excelente.- angioletto_di_fuoco
01-02-2012
DE MI SABRAS POR LA BELLEZA DE LAS FLATULENCIAS, ELLAS TAN NATURALES COMO TÚ O COMO YO.
Y RECUERDA, SI NO APRECIAS LA BELLEZA TODO CUANTO HAGAS SERA UNA CAGADA.
jarico
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