Enajenas tu mente con sueños de tan indignas juventudes, dama majestuosa, insaciable, señora de sol, vestida con la suerte de hermosos saberes de eternas energías visionarias, con ideas represadas en aulas vacías.
Intuyo, respeto, reflexiono y doblego esta insaciable alma en perplejo letargo, destazando mi ego poco elocuente y sincero ante cada una de tus proezas, hoy dulce y dominante dama te venero, diciendo que tus enseñanzas hoy por hoy son mis medallas.
Somos seres luminosos danzando en la oscuridad, somos estrellas fugaces en un irónico firmamento, somos titanes derribados, seres muertos en vida buscando nuestra enigmática resurrección... Me entregaste las frases, las pautas, las claves, evaporando mi tan solitaria enajenación situando en su lugar la fusión de los cuerpos, las almas y los elementos.
Convertida en tótem sagrado, ídolo conceptual de mi ser incondicional cual Buda, cual Lao-tsé, cual Confucio, consagrada me guio por los pasos demarcados por tus enseñanzas…
Gracias por tu paciencia, la honestidad de tus palabras y el transparente criterio que siempre te caracterizó.
Dedicado a:
Rosario Granados
Con cariño incondicional
12/08/06
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