Capítulo 57: “Matrícula Cancelada…”.
-¡¿Qué?! ¿Cómo demonios que matrícula cancelada?... ¡Por un maldito demonio!, que se lleve el Kraken al maldito director-fue mi reacción.
-Fueron todos los colegios en los que estamos, no eres la única, Sofía-me corrigió Arlette controlándose a vivas luces muchísimo mejor que yo.
-Bueno, entonces “los malditos directores de esos malditos colegios, liceos y/o escuelas, ¿savvy?”-me auto corregí.
Me volteé a mirar a mí alrededor y todos me miraban como quien observa a un bicho raro que es objeto de estudio. En realidad era la única a la que le importaba la escuela en especial. Mi idea era sacar mis estudios en el tiempo normal y hasta aquel momento no se habían truncado, no se estancarían ahora.
Al resto de las guerrilleras no les interesaba mayormente, pero estaban muy conscientes de lo que sucedería si perdían el año, cosa que no les agradaba.
Arlette se había enterado de aquel suceso cuando publicaba una vez más la carta de liberación a los artistas callejeros y a las iglesias. Esa carta era un boom entre toda la población y se había conseguido mediante diversas batallas, negociaciones, debates y uno que otro diálogo abierto (los menos) que se cumpliese su contenido. Había un trato eso sí que delimitaba las áreas de trabajo y ya veríamos cómo romper dicha parte de la ordenanza, pues los realistas ya estaban craneándose cómo desobedecer a la parte del trato que les comprometía.
La chica encargada de las comunicaciones en el grupo, además de promocionar aún más la carta que era una realidad, ingresó a la página web encargada de educación y se topó con la lista de todos los alumnos a los que se les cancelaría la matrícula por un motivo u otro. Entre esos estábamos nosotros (Franco incluido) y no nos apetecía repetir un año, con todo lo que eso conllevaba…
Una mañana, igual de fría que esa, Sheila nos había comunicado por las vías sociales que la perseguían por traidora al régimen. Además de salvarle la vida teníamos que salvar nuestros estudios, lo cual complicaba mucho más de lo previsto la situación…
Teníamos a clanes de gitanos de fugitivos, contrabandistas y mercaderes por todas las fronteras imaginables en lo basto que es Chile, no era el momento de dárnosla de estudiantes perfectos. Pero tendríamos que hacer siquiera un esfuerzo y de los más grandes si queríamos conseguir ser tolerables en cuenta mínima.
-¡Déjame ver, por un maldito demonio, Arlette! Alguna maña tiene que tener esta maldita cosa-bramé quitándole el dispositivo y buscando señal.
Un par de minutos me tardó la búsqueda de la mentada letra chica del anuncio hasta que di con ella. No fue cosa fácil. Había tenido que lidiar con los calmantes de mis compañeros y con la pésima señal cordillerana, pero finalmente pude conseguir mis objetivos.
-¡Ahá! ¡Yo sabía! Tenemos plazo para llegar a los liceos o donde quiera que estudiemos y así rendir prueba… y explicaciones-dije con gestos raros leyendo la letra más diminuta hecha más pequeña a causa del celular de mínima pantalla. No veía nada y no estaba acostumbrada a dar explicaciones siendo una guerrillera-. Bien, vámonos a Talca-miradas sorprendidas, bocas tocando el suelo y bla, bla, bla-. No van a querer ser una vergüenza, más de lo que somos, y no poder trabajar luego por haber repetido un año… Y a menos que eso sea lo que más quieren en el alma, iremos a darnos unos paseítos a Talca y solucionaremos unos cuantos problemas, ¿savvy? Dudas, consultas, negaciones… Nada… Bien, entonces nos largamos de este basurero… Con respeto, linda cueva…-indiqué.
Todos me miraron rodando los ojos, sabían que nada podían hacer si no tenían una idea y la imaginación no volaba precisamente por lo último…
Se pusieron en marcha, el camino sería largo y con los datos conseguidos llegaríamos justo para hacer acto de presencia el último día del semestre que sería nuestro primer día de clases en todo un año… Hermosa pero costosa libertad, ¿savvy?
En el descenso nos topamos con unos gitanos conocidos que venían de una frontera cercana huyendo con lo que traían. Les hicimos trueque y así conseguimos víveres, lo que no podíamos conseguir era tiempo…
|