No te ofrezco
agua de arrollo claro
tampoco te ofrezco
la luna llena
todas las noches,
ni las rosas
sin espinas de mi jardín,
solo quiéreme
con simplicidad
de noche de día
con mis defectos y virtudes
que yo te amaré igual
por el resto de mi vida,
si tu sonrisa esta perdida
yo estaré para darte la mía
no lo dudes vida mía.
Texto agregado el 27-01-2012, y leído por 103
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
27-01-2012
Con entregar tu propio querer lograrás ser querida. Maravillosa poesía. Tiene el frescor, y el rumor tranquilo de un arroyo. ***** -preciosa-