Esta cucaracha, crujiente y doradita, se me hace cada vez más apetecible. Hoy ya no es el hambre lo que me impulsa a comerla, es una especie de antojo constante para sentirla quebrarse entre mis dientes.
Huele a almendras, es cremosa y delicada por dentro. Ya llegan los comensales, es hora de lucir el plato del día y estrenar un bello nombre.
¡Son todos unos gourmet!
Texto agregado el 26-01-2012, y leído por 89
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Lectores Opinan
26-01-2012
Este no me gustò tanto, al igual que el menù, demasiado alternativo. campana
26-01-2012
Creo que tambien necesitas un buen vino. Saludos. esclavo_moderno
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