Dinero, oh si el maldito y rancio dinero
Me acuerdo de él todos los días
Cuando me acuesto cansado en la noche
Y cuando me despierto con sueño
Cuando tomo una taza de leche y un pan
Al salir apurado al trabajo corriendo
Oh sí, claro que conozco ese maldito dinero
Aunque no le tenga lo suficiente a mano,
Nunca sobra y siempre falta…
Entonces si me acuerdo del maldito dinero
Bajo este cielo azul, al cerrar los ojos y parar
Cuando creo que no lo necesito.
Entonces no se qué hago pensándolo
Pero no basta creer que solo se fue…
Subo los peldaños de un bus
La tarifa es cada vez más inalcanzable
Y los días son arduos y cambiantes
Para conseguir un poco de maldito dinero
Pero no cambia el costo, ni la vida
Creo que yo cambio en la mentalidad diaria,
Pero a pesar de todo no cambio mis sueños
Un rato por mí, un rato por ti, un rato mas por mañana
Al final la maquina es siempre la misma porquería
Vuelvo sin nada, y el maldito dinero dice adiós
Adiós desde los edificios, adiós en los semáforos
Mientras bajo casi dormido, casi soñando en mañana
Pero el día siguiente ya está dentro de un programa
La sociedad que traga monedas, por lágrimas ahogadas
El obrero que abre sus venas por migajas indignas
y el hombre que muere por menos fortuna, fácilmente
Por el maldito dinero que devora la vida obrera
Y el costo del mes anterior, la deuda pendiente al sistema
La deuda de la vida, donde el por vivir es solo un sueño ajeno.

Pero mi sueño no necesita divisas, ni cadenas
Y donde voy de ahora en adelante, no mas nada
Que mi piel será impermeable al maldito y rancio dinero
Que si vas conmigo entonces es un sueño cumplido
Una promesa nueva, llevar las miradas sin nostalgias
Porque el amor que arde, si es verdadero y compañero
Se expresa en la entrega, en la convicción y la conciencia
Para no cambiar uno, y que el cambio sea posible
Transformando este sistema, la vida amarga por sonrisas
Donde sea que se encuentre la desigualdad
Y que el maldito dinero sea solo un fantasma
Una lección, una colosal advertencia
Que nos recuerde épocas en que el obrero moría…
De hambre, de dolor, de soledad y de pena.
Por falta de alegrías, moría de sudor y de sueños marchitos
Y vivía de pan, de luces y de ilusiones impuestas
Vivía de monotonía y de ansiedad, vivía de su sobre esfuerzo
Justificando servilismos, entregándose como un esclavo
Un esclavo mas del maldito dinero y su podrido sistema.