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Se vio en el espejo y aquel moretón en el pómulo le pareció una delicadez... parecía que todo giraba a su alrededor y de pronto tenia 12 años otra vez, una niña, bien desarrollada, senos firmes y bien formados, caderas redondas y unas nalgas que parecía iban a explotar, una cintura contorneada que casi era sobrenatural, labios carnosos, nariz respingada y con un futuro prometedor, pero era una niña. Estaba ahí, haciendo el amor con ese mismo hombre, poco sabia de las sensaciones que tenia en ese momento, mas solo era que le gustaban, alguien le habló del embarazo y como prevenirlo, pero alguien también le dijo que con la píldora podría engordar, prefirió dejarlo así, como justo ella iba a tener tan mala suerte. Se sentía tan enamorada, inocente, que sabía ella del amor a esas alturas, pero lo que sentía era lo mas cercano que había conocido de él, arrancarse, luchar con todos por ese amor, crecían juntos, sabían de la vida el uno lo mismo que el otro, cual pajaritos aprendiendo a volar. No leía mucho, pero le gustaban los amores de novela, de ahí sus ganas por vivirlo, y disfrutarlo pese a las consecuencias.
Pasó un año entre permisos y prohibiciones para ese noviazgo, peleas, escapadas, retos, castigos y etcéteras. Le pidió a su madre que le comprara los apósitos higiénicos para esperar su período mensual, esperó, esperó y no llegó. Sentía un hambre voraz todos los días y si no comía se sentía tan mal, náuseas, vómitos, ascos, dolor de cabeza y sobre todo, sueño, mucho sueño.
La vi un día, sentada en el patio, comiendo papas fritas, un paquete, dos paquetes y cuando abrió el tercero le afirmé:
- Tu estás embarazada.
- Que yo que?
- Que estás embarazada. Deja de mentirme, soy tu hermana y tengo derecho a saberlo, comes como animal, y tu cara, tu cuerpo están raros, con Esteban andan secreteando todo el día y te toca mucho la panza.
- Yo no le toco mucho la panza, y si estuviera embarazada, ¿estarías contenta?
- Como voy a estar contenta, tiene trece años imbécil, y es mi hermana mayor, tiene que cuidarme.
Pobre de mi, tan inocente, aun no entendía que desde hacía dos años había perdido a mi hermana mayor, tendría, no se, 11 años quizás, pero éramos cómplices, amigas y enemigas, las mejores y las peores.
Estalló una pelea triunfal, mi madre lloraba, mi padre la odiaba, mi abuelo, su decepción, era su primera nieta, su orgullo, tan linda, ¿Esteban? el más odiado por todos, y ¿yo? escapé ¿ que mas iba a hacer en una situación en la que no quería tomar parte?
Así pasó el tiempo, mientras todo volvía a la normalidad, algunos se acostumbraban a la idea y esa panza crecía, crecía y crecía. Vino lo peor, depresión pre parto, una niña hermosa de pronto había subido 25 kilos, pues comía golosinas a escondidas de su madre, esos senos antes virginales y redondos, ahora eran grotescos, monumentales, con estrías, la cintura, redonda y también con estrías, las nalgas casi no cabían en ningún pantalón y las piernas tenían estrías también; no creía que ella se estaba convirtiendo en eso, se odiaba, lo odiaba a él, odiaba a ese bebé por haberse engendrado ( como si lo hubiese echo solo ) y vino el primer escándalo, golpes, gritos, llantos, insultos (maldito, te odio, me preñaste y mira como estoy) explosión, y paf, el primer golpe, quedó en shock, no pensó jamás que aquel que decía amarla tanto le levantara la mano de esa forma, y embarazada.
Te amo, perdón, no sé que me pasó, (excusas)... ándate, vete, no quiero, no, mañana hablamos... no se... solo vete.
Llegó mañana, y pasado, y al día siguiente y así han pasado trece años, y tiene el pómulo morado, y la voz ahogada, y el llanto en los ojos, y dos hijos, y sin saber por que lo sigue amando, con ese amor infantil, y sabe que el la ama a ella, pero se golpean, ambos, él grita en la cocina por que le falta un dedo que ella le cortó, mientras ella acaricia su último golpe, se jura, el último.
Va a su dormitorio, recoge algo de su ropa, toda la de los niños, artículos de aseo, toallas, las sube al auto, sube a los niños, quienes preguntan adonde van, entra a la cocina, siente que la va a golpear, pero antes de que pase, lo besa, le dice, le jura que es la última vez, que lo ama y que se va.
Él deja de gritar y la mira perplejo, ve como se sube al auto, lo saca de la casa y parte sin dirección conocida.

Texto agregado el 25-01-2012, y leído por 174 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
06-03-2012 Excelente final para una historia triste. NeweN
 
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