Un aroma reina en el aire
a tiernas hojas de eucalipto.
Una danza de luciérnagas
a las sombras pone brillo.
Afina sus bemoles un cardenal
en breve serenata de cortejo.
Sinfonía sensorial que regala
la ilusionista naturaleza,
a la vera de un lugar solitario
donde el sentimiento no escasea.
Allí, me revelé uno de estos días
gozando la felicidad de ser,
una fábula, pequeña y finita
habitante, de la osadía fugaz
de verter en letras transparencias
sobre lo que me gustaría decir
en el soplo justo, antes que todo acabe
en esa otra dirección posible
en que se pierde lo natural.
Texto agregado el 24-01-2012, y leído por 411
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Lectores Opinan
24-01-2012
Me ha encantado, sobre todo la última parte.Todo un canto a la Naturaleza.***** senoraosa