Esta tarde papá me llevó al parque. Hacía mucho tiempo que no venía conmigo a jugar y aunque me parecía extraño, la idea me encantó. Me prometió que vendría a buscarme a la escuela y al terminar las clases, allí estaba esperándome en el portal del patio del colegio. Al verlo, salí corriendo a su encuentro.
-¡Hola peque! ¿Qué tal tu día? –me preguntó con una sonrisa.
-Muy bien, pero estaba deseando salir –contesté.
Agarró mi mano y comenzamos a caminar en dirección al parque, mientras yo le contaba todo lo que había hecho en la clase y cómo mi profesora de lengua me había felicitado por mi redacción sobre el otoño. Estaba tan contenta de ir con él, que apenas me di cuenta de que algo raro le pasaba.
Al llegar, mi papá me pidió que me sentase en un banco con él, para poder merendar antes de ponerme a jugar con los demás niños. Fue en ese momento cuando le pregunté:
-¿Ocurre algo papá?
-¿Por qué lo preguntas María?
-No sé, pero tengo la sensación de que no estás muy contento y quería saber si pasaba algo –respondí.
-Pues has acertado, sí que pasa algo y es por ese motivo que hoy he querido que viniésemos juntos al parque –dijo en tono serio.
-¿No estarás enfermo?
-No cariño, tranquila que no es eso. Simplemente que ahora pasaré más tiempo en casa contigo, mamá y tu hermano, porque ya no iré a trabajar durante una temporada –contestó esbozando una sonrisa.
Durante unos segundos me quedé mirándole sin entender muy bien qué quería decir aquello de pasar un tiempo en casa, y entonces, comenzó a explicarme que había perdido su trabajo. Yo no lo entendí ¿Cómo se pierde un trabajo? Puedes perder un juguete, un libro, incluso un zapato, pero ¿Un trabajo? ¿Acaso es algo que pueda perderse?
Para acabar cuento: http://cuentoseneldiariodemaria.blogspot.com/2011/11/la-crisis-deja-papa-sin-trabajo.html |