Que sabe amar como ninguno otro, que sabe disfrutar de las enigmáticas caricias de una dama y de igual manera descifrar su sonrisa, que con un beso me lleva al cielo y con otro al infierno. Que sabe entregarse con todo sin temor a nada, para ti mi cuerpo, mi alma, mi ser sin restricción alguna, tus manos mi suplicio, tu piel mi decadente agonía, tus ojos las puertas de la eternidad, tu corazón la octava maravilla de la humanidad.
Para un hombre como tÚ... Ternura, pasión, fantasía, complicidad, son la llave de las cadenas que liberan tu ser del dolor y la soledad, para ti hombre de piedra ayer verdugo hoy victima. Soy la noche, recuerdo obsoleto de tu indestructible pero triste y desolado ser, soy tu reina, tu diosa, tu dama, tu salvación, en medio del tiempo navego sin rumbo fijo guiada por los sollozos del hombre amado.
Te rodeo con mis brazos bañándote así con abstracta e incrédula ternura hasta el final de nuestro idilio para unir tu ser con el mío. Para un hombre como tú, eterno mientras confie en el amor siempre habrá una dama oculta en el recuerdo de un silencioso ayer, hoy soy tu dama y tú mi caballero, mañana seré tu luna y tú mi cielo...
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