INCERTIDUMBRE
Desayuné y salí de mi casa. La mañana era cálida. Entré al bar y bebí una gaseosa. Luego pasé por la plaza y vi a dos niños columpiándose. Atravesé la avenida y observé a Ramón ( el mendigo ), me acerqué y le entregué una moneda. Finalmente llegué a casa de Amanda, ella abrió la puerta, me dio un beso e hicimos el amor.
Al día siguiente, desayuné y salí de mi casa. Me sentí contento porque todo estaba en su lugar. La mañana era cálida. Entré al bar y bebí una gaseosa. Luego pasé por la plaza y vi a dos niños columpiándose. Atravesé la avenida y observé a Ramón ( el mendigo ), me acerqué y le entregué una moneda. Finalmente llegué a casa de Amanda, ella abrió la puerta, me dio un beso e hicimos el amor.
Al día siguiente, desayuné y salí de mi casa. Me sentí contento porque todo estaba en su lugar. La mañana era cálida. Entré al bar y bebí una gaseosa. Luego pasé por la plaza y vi a dos niños columpiándose. Atravesé la avenida, pero Ramón no estaba. Este cambio me inquietó, sin embargo seguí caminando. Finalmente llegué a casa de Amanda, ella abrió la puerta, me dio un beso e hicimos el amor.
Al día siguiente, desayuné y salí de mi casa. Vacilé, pero de todos modos inicié la marcha. La mañana era cálida. Entré al bar y bebí una gaseosa. Luego pasé por la plaza y vi a dos niños columpiándose. Ramón no estaba, esta vez no me intranquilicé porque ya lo sabía. Finalmente llegué a lo de Amanda, ella abrió la puerta, pero no me dio un beso, ni hicimos el amor. Sufrí.
Al día siguiente, desayuné y salí de mi casa. Caminé con precaución. La mañana era cálida. Entré al bar, pero no sentía sed, lo abandoné sin beber. Luego pasé por la plaza y vi a dos niños columpiándose. Atravesé la avenida y observé a Ramón ( el mendigo ), me acerqué y le entregué una moneda. Finalmente llegué a lo de Amanda, ella abrió la puerta, me dio un beso e hicimos el amor.
Al día siguiente, desayuné y salí de mi casa. La mañana era cálida. Entré al bar y bebí una gaseosa. Luego pasé por la plaza y vi a dos niños columpiándose. Atravesé la avenida y observé a Ramón ( el mendigo ), me acerqué y le entregué una moneda. Finalmente llegué a casa de Amanda, ella abrió la puerta, me dio un beso e hicimos el amor. Debí sentirme feliz y seguro, pues todo había vuelto a la normalidad, sin embargo algo me molestaba.
Al día siguiente desayuné, pero no salí de mi casa; la incertidumbre me había paralizado.
INCERTIDUMBRE
( mayo/2006 )
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